Se acabaron las especulaciones, el escenario está listo para la gran final.
El Real Madrid, campeón de Europa, llega a la final directamente, sin necesidad de disputar las fases previas. Su rival, un equipo que ha sorprendido a propios y extraños: el Pachuca de México. Los Tuzos, tras superar con creces al Botafogo brasileño (campeón de la Libertadores) y al Al Ahly egipcio, se plantan en Lusail, Qatar, para disputar el partido más importante de su historia. La cita, a las 10:00 horas, tiempo de Sonora.
La expectativa se centra en la participación de Kylian Mbappé. El astro francés, tras recuperarse de una lesión en el muslo izquierdo que lo dejó fuera del partido contra el Rayo Vallecano (un emocionante 3-3), se encuentra entrenando con el equipo. Su presencia en la final, aunque aún no está totalmente confirmada, ha generado una gran expectación entre los aficionados. "Es un regalo para nosotros", afirmó Carlo Ancelotti, entrenador del Real Madrid, sobre la participación en la Copa Intercontinental. Un regalo agridulce, sin embargo, ya que otros jugadores clave como Dani Carvajal, Eder Militão, David Alaba y Ferland Mendy siguen lesionados.
Ancelotti ha completado su plantilla con jugadores del filial, mientras que el regreso del portero Thibaut Courtois, tras superar una lesión muscular, es una excelente noticia para el conjunto merengue. El Real Madrid, con tres Copas Intercontinentales (1960, 1998 y 2002) y cinco Mundiales de Clubes en su palmarés, busca un nuevo título. Mientras tanto, el técnico del Pachuca, Guillermo Almada, enfrenta este desafío tras una temporada irregular en la liga mexicana que incluso puso en duda su continuidad. “Es difícil, muy complicado, sobre todo por la maratón de fútbol que tuvimos hoy”, comentó Almada tras la extenuante victoria ante el Al-Ahly.
El contraste entre la trayectoria de ambos equipos es evidente. El Real Madrid, actualmente tercero en la Liga Española, llega como favorito absoluto. Pachuca, que finalizó tercero en el Mundial de Clubes de 2017, se presenta como un rival de mucho cuidado y con una historia que pocas veces se hubiese imaginado con un equipo de la grandeza del Real Madrid.
El estadio Lusail será testigo de un encuentro que promete ser histórico. Un choque entre gigantes, entre tradición y la sorpresa. Una muestra de que el fútbol, en su constante evolución, siempre guarda sorpresas.