El foco de atención se centró rápidamente en el incendio de Palisades, que recrudeció durante la noche, obligando a nuevas evacuaciones en el oeste de la ciudad. Este evento, que ya había afectado a Altadena con el devastador incendio de Eaton, tuvo un impacto inmediato e inesperado en el mundo deportivo local: el hipódromo de Santa Anita, en Arcadia, canceló sus carreras de caballos para este fin de semana.
A pesar de que la calidad del aire dentro del hipódromo cumplía con los estándares establecidos por la Junta de Carreras de Caballos de California y la Autoridad de Integridad y Seguridad en las Carreras de Caballos, la magnitud del desastre en el condado de Los Ángeles obligó a la suspensión. La decisión se tomó a pesar de que el viernes se había anunciado la intención de continuar con las carreras del sábado, dependiendo de las condiciones.
Curiosamente, la histórica pista de 90 años se ha convertido en un centro neurálgico de ayuda.
- El estacionamiento sur alberga ahora un punto de entrega de caridad, trasladado desde el Rose Bowl.
- El estacionamiento norte sirve como base de operaciones para Southern California Edison en su labor de restablecimiento del suministro eléctrico.
- Otras organizaciones también están recibiendo apoyo logístico en las instalaciones.
El impacto de los incendios se extiende más allá del mundo hípico. Pepperdine University, por ejemplo, pospuso sus partidos de baloncesto masculino y femenino debido al incendio de Palisades y a las dificultades de desplazamiento, afectando también los planes de Loyola Marymount. Aunque el campus de Pepperdine no corre un peligro inmediato (se encuentra a cuatro kilómetros del incendio), el acceso está restringido al norte, y la Pacific Coast Highway, al sur, se encuentra cerrada. Se trabaja con la Conferencia de la Costa Oeste para reprogramar los juegos.
Mientras tanto, la USC mantiene por ahora su partido femenino de baloncesto programado para el domingo, monitoreando de cerca la evolución de la situación. El humo sigue siendo una presencia constante, un recordatorio silencioso de la magnitud de los acontecimientos.