DeepMind hace historia: su IA gana oro en programación humana

El escenario fue el International Collegiate Programming Contest (ICPC) en Azerbaiyán, donde la IA resolvió en menos de 30 minutos un problema de lógica abstracta que dejó perplejos a equipos de universidades élite como las de Rusia, China y Japón. La prueba consistía en optimizar el flujo de un líquido a través de una red de ductos interconectados, un desafío que requería evaluar infinitas posibilidades en tiempo récord.
"Es un salto profundo en resolución de problemas abstractos", declaró Quoc Le, vicepresidente de Google DeepMind, comparando el logro con hitos como la victoria de Deep Blue sobre Kasparov en 1997. La diferencia clave, según Le, es que esta vez la IA demostró razonamiento aplicable al mundo real, no solo a entornos controlados como el ajedrez.
Lo que Google mantiene en secreto es el costo computacional detrás del triunfo. Solo revelaron que supera la capacidad de un suscriptor promedio de su servicio Gemini Ultra (250 dólares mensuales). Para Bill Poucher, director del ICPC, este momento "define los estándares académicos de la próxima generación".
Mientras algunos ven aquí un paso hacia la inteligencia general artificial, otros cuestionan si realmente estamos ante un avance revolucionario o solo otro escalón en la escalera infinita de la tecnología. Lo indiscutible es que las reglas del juego cambiaron: ahora las máquinas no solo imitan, sino que superan la creatividad humana en territorios inexplorados.