¡Goodell abre la puerta! ¿Super Bowl internacional?

El comisionado Roger Goodell, durante una visita a Londres, dejó entrever la posibilidad de un cambio de paradigma. Sus palabras, “No me sorprendería en absoluto si eso sucediera algún día”, han generado un debate apasionado entre fanáticos y analistas.
Sin embargo, la realidad es que un Super Bowl fuera de Estados Unidos no está a la vuelta de la esquina. La agenda de la NFL tiene los Super Bowls programados hasta 2028, y la prioridad actual se centra en expandir la temporada regular internacional. El objetivo ambicioso es pasar de los ocho juegos internacionales actuales a 16 en un futuro próximo. Esta temporada, Brasil se unió a la lista de países anfitriones, seguido próximamente por España, con Irlanda y Australia también en la mira, además de los Emiratos Árabes Unidos.
Pero, ¿qué desafíos plantea un Super Bowl internacional? La diferencia horaria es un factor crucial. Un juego en Londres, por ejemplo, implicaría un horario inusual para la audiencia estadounidense. El clima también es una variable importante, especialmente en Europa durante febrero. A pesar de ello, estadios como el Santiago Bernabéu en Madrid, con su techo retráctil, ofrecen soluciones interesantes.
Las implicaciones políticas y económicas también son relevantes. Mientras que las ciudades estadounidenses están acostumbradas a las demandas de la NFL, la infraestructura y el financiamiento necesarios para un evento de tal magnitud pueden ser un desafío en otros países. Stefan Szymanski, profesor de gestión deportiva de la Universidad de Michigan, destaca la diferencia en la autonomía financiera de los gobiernos locales.
Analicemos algunas posibles sedes: