Hablando de actuaciones estelares, el encuentro entre los Spurs de San Antonio y los Hawks de Atlanta fue una auténtica batalla. Un duelo que puso a prueba los nervios de los espectadores y que, sin duda, quedará en la memoria de muchos. En un final de infarto, la victoria se decidió en los últimos segundos, con un giro inesperado que nadie vio venir.
De’Aaron Fox, recién llegado a San Antonio procedente de Sacramento en un intercambio que movió el mercado, tuvo una noche memorable. Con 24 puntos y 13 asistencias, el base demostró desde el primer partido su valía para el equipo texano. Su debut fue crucial para el triunfo.
Pero la estrella indiscutible de la noche fue Victor Wembanyama. El joven francés, objeto de toda la atención mediática, no defraudó. Con 24 puntos y 12 rebotes, Wembanyama demostró una madurez asombrosa para su edad. Su tiro libre decisivo a 2.4 segundos del final selló la victoria para los Spurs, después de un partido de altibajos en el que los Hawks estuvieron a punto de remontar una ventaja de 20 puntos.
Del lado de los Hawks, Trae Young brilló con 32 puntos y 12 asistencias, una actuación destacada a pesar de la derrota. "Fue un partido muy duro, pero dimos todo lo que teníamos", podría haber dicho Young, reflejando el esfuerzo del equipo. Onyeka Okongwu también se lució con la máxima cifra en su carrera, 30 puntos, pero no fue suficiente para superar el ímpetu de los Spurs en el tramo final.
El triple de De’Andre Hunter a pocos minutos del final mantuvo la tensión hasta el último segundo, con un empate a 125 que se resolvió gracias a la frialdad de Wembanyama en la línea de tiros libres, asegurando así una victoria épica para los Spurs. Un partido para el recuerdo, un debut inolvidable, y un nuevo capítulo en la rica historia de la NBA.