NFL Combine: Sanders vs. Ward, la batalla por el Draft

Los futuros astros del fútbol americano profesional se codean en los pasillos, cada uno con su propia historia por contar, su propio camino recorrido.
En medio de este torbellino de talento, dos nombres destacan: Shedeur Sanders y Cam Ward, aspirantes a ser la primera selección global en el draft. Aunque separados por estilos marcadamente distintos, ambos comparten la meta de dominar la liga. Mientras Sanders, heredero de la legendaria dinastía Sanders, proyecta una imagen de audacia y confianza inquebrantable –“Si no estás tratando de cambiar la franquicia, entonces no me elijas”, declaró con arrogancia–, Ward representa la perseverancia y la humildad, forjando su camino tras haber sido inicialmente ignorado.
Sus trayectorias son fascinantes. Sanders, con su padre y entrenador, el legendario Deion Sanders, revitalizó los programas de Jackson State y Colorado. Ward, por su parte, rompió récords en Incarnate Word antes de brillar en Washington State y casi llevar a Miami a los playoffs de la CFP, lanzando un récord de la NCAA con 158 pases de touchdown. Ambos acumulan experiencia en múltiples universidades, con más de 50 partidos iniciados cada uno.
Pero la rivalidad, si es que existe, queda en segundo plano ante el respeto mutuo. “Ambos terminaremos siendo uno de los mejores mariscales de campo de la liga”, asegura Ward, desmitificando la idea de una competencia feroz. La realidad es que ambos han optado por realizar sus Pro Days en sus universidades, siguiendo los pasos de otros grandes como Caleb Williams, Bryce Young y Joe Burrow; una decisión estratégica que les permitirá exhibir sus habilidades en un entorno conocido y con sus compañeros de equipo habituales.
Las diferencias físicas y de estilo de juego son notables. Sanders, con 1.88 metros y 97 kilos, destaca por su movilidad y personalidad carismática. Sin embargo, debe perfeccionar su precisión y reducir las capturas. Ward, un poco más corpulento (1.88 metros y 101 kilos), posee un brazo más potente y una liberación más rápida, pero necesita mejorar su precisión y lectura de coberturas. Aun así, según su excompañero de Miami, Elijah Arroyo: “Todo el mundo ve lo que hace en el campo… pero lo más grande que diría es el tipo de líder que es. No tiene miedo de hacer que la gente rinda cuentas”.
El debate sobre quién es el mejor quarterback seguirá intensamente hasta el draft. Entrevistas con equipos, entrenamientos y un análisis exhaustivo de sus habilidades definirán el futuro de estas jóvenes promesas. Por ahora, solo queda la certeza de que ambos poseen el potencial para triunfar en la NFL, independientemente de la posición que ocupen en la primera ronda.