Medias Rojas vencen 2-0 a Mets en emocionante juego

El ambiente era eléctrico, cargado de expectación y el rugir de la multitud era un personaje más en este encuentro.
En el montículo, Walker Buehler, comenzó con una efectividad impecable. Sin embargo, la noche dio un giro inesperado. Tras dos entradas y un tercio de actuación dominante, donde ponchó a cuatro y regaló dos bases por bolas, Buehler tuvo que abandonar el juego. Su salida dejó un vacío en el equipo, pero no en el ánimo. La responsabilidad recayó sobre el bullpen.
Brennan Bernardino tomó la posta, mostrando una solidez encomiable al controlar el juego durante 1 2/3 entradas. El relevo fue clave para mantener la ventaja, ya que Garrett Whitlock (2-0) finalmente se apuntó la victoria, llevando a los Medias Rojas a un balance de 25-25.
Pero la verdadera magia llegó en la quinta entrada. Clay Holmes (5-3), quien hasta ese momento mantenía un juego sin anotaciones, se encontró con la artillería pesada de los Medias Rojas. Primero, Carlos Narváez conectó un jonrón, un potente sinker de 1-0 que sobrepasó el Monstruo Verde. La euforia apenas se asentaba cuando, dos bateadores después, Rafael Devers repitió la hazaña, mandando la pelota casi al mismo lugar, su décimo cuadrangular de la temporada. Dos batazos que cambiaron el curso del encuentro.
El trabajo del bullpen de Boston fue impecable; seis lanzadores se combinaron para silenciar a los Mets, limitándolos a solo cuatro hits. Ardolis Chapman cerró la novena entrada con su octavo salvamento, sellando la victoria de 2-0.
Mientras tanto, en el bando contrario, figuras como Francisco Lindor (3-1) y Juan Soto (3-1), se mostraron limitados por la defensa de Boston. En el lado de los Medias Rojas, Wilyer Abreu (4-1) destacó en la ofensiva.
La victoria catapultó a Boston a un récord de .500, una noche memorable que comenzó con incertidumbre y culminó en una contundente demostración de fortaleza colectiva.