Italia vence a Moldavia, pero su camino al Mundial 2026 es incierto

La tensión es palpable, y la lucha por un lugar en la próxima justa mundialista se intensifica con cada partido.
En Italia, la situación es compleja. Luciano Spalletti, quien dirigió a la Azzurri por menos de dos años, fue despedido tras la derrota 3-0 ante Noruega la semana pasada. La victoria 2-0 contra Moldavia, con goles de Giacomo Raspadori y Andrea Cambiaso, fue un regalo de despedida agridulce para el entrenador, insuficiente para cambiar el rumbo de una clasificación llena de tropiezos. A pesar del triunfo, Italia se mantiene en una precaria posición en el Grupo I, a nueve puntos de Noruega (aunque con dos partidos menos). “Ciertamente no estamos dejando a mi sucesor un sentido de entusiasmo, a pesar de la respuesta positiva de los aficionados,” confesó un Spalletti visiblemente afectado. “El entrenador tiene que marcar la diferencia, los jugadores tienen que marcar la diferencia, y desafortunadamente yo no marqué la diferencia.”
Mientras tanto, en Bélgica, la situación es dramáticamente diferente, pero igual de emocionante. Kevin De Bruyne se convirtió en el héroe de última hora, anotando a los 88 minutos para asegurar una victoria por 4-3 sobre Gales. Una remontada épica para un equipo que desperdició una ventaja de 3-0 en solo 27 minutos. El gol, una volea de zurda, rescató a los belgas de un segundo empate consecutivo. La victoria, sin embargo, no borra las preocupaciones. Macedonia del Norte lidera el Grupo J, con ocho puntos, dejando a Bélgica con un camino pedregoso hacia la clasificación.
Otros resultados destacados incluyen la contundente victoria de Croacia (5-1) sobre República Checa, con Luka Modric contribuyendo a la goleada. Esta victoria estrecha la brecha en el Grupo L. El panorama de las eliminatorias queda así sumamente complejo, con equipos de gran tradición enfrentando retos inesperados y luchando por cada punto con una intensidad sin precedentes.
La carrera hacia la Copa Mundial 2026 promete ser electrizante, llena de giros inesperados y momentos de alta tensión, dejando a los aficionados con la respiración contenida hasta el último partido.