Mundial de Clubes: Messi, Infantino y un nuevo comienzo para el fútbol

Pero más allá del espectáculo, se palpaba una tensión particular, una expectativa contenida que trascendía el simple partido inaugural.
El encuentro entre el Inter Miami de Lionel Messi y el Al Ahly egipcio, que finalizó en un empate a cero, fue apenas el telón de fondo de un acontecimiento mucho mayor. Se trataba del debut del nuevo y ampliado Mundial de Clubes de la FIFA, una idea impulsada con fuerza por Gianni Infantino, presidente de la organización.
Infantino, visiblemente orgulloso, asistía desde un palco al partido. Su ambicioso proyecto, un torneo que busca rivalizar con gigantes como la Champions League, se materializaba tras superar importantes obstáculos. “Este torneo será el comienzo de algo histórico que cambiará nuestro deporte para mejor,” declaró Infantino días antes. Un torneo de 32 equipos, cada cuatro años, con la participación de clubes como el Paris Saint-Germain (PSG), que ya tiene asegurada su participación en la edición de 2029, según confirmó su entrenador, Luis Enrique, quien comentó: “Quizás no ahora, pero se convertirá en una competencia increíblemente importante.”
La expansión del Mundial de Clubes ha generado controversia. Se han cuestionado los posibles efectos negativos en las ligas nacionales y la saturación del calendario futbolístico. Preocupaciones sobre la intromisión de la FIFA en el ámbito de clubes, tradicionalmente un espacio para las competiciones continentales, también han surgido. A pesar de ello, el proyecto avanza, asegurado en el calendario y con un trofeo gigante, diseñado por Tiffany & Co., con el nombre de Infantino grabado dos veces, como símbolo de su ambición.
La asistencia al estadio, superior a 60,000 personas, fue un respiro para la FIFA. Aunque la FIFA no ha dado cifras oficiales sobre la venta de entradas, con precios que fluctuaron hasta los 349 dólares, la presencia de numerosos aficionados del Al Ahly, algunos llegados directamente desde Egipto, pintó un panorama esperanzador. “Hemos estado esperando esto durante mucho tiempo,” declaró Peter Sadek, un aficionado egipcio residente en Orlando. “Han venido al menos 50 más, solo de nuestra área.”
La noche, sin embargo, no estuvo exenta de pequeños detalles que marcaron la diferencia. La ausencia de un gol de Messi, a pesar de un disparo impresionante que rozó el travesaño, restó un poco de brillo al debut del torneo. Un momento de magia que hubiese coronado una noche histórica, pero que, finalmente, se quedó en el casi. Una muestra de que incluso para Infantino, no todo sale como se planea.