Iga Swiatek: la historia de resiliencia tras su triunfo en Wimbledon

“Obviamente, en el fondo de mi mente, tenía esta cosa”, confesó después de levantar el trofeo en Wimbledon. Lo que parecía otro triunfo más en su carrera, en realidad era el final de un año lleno de obstáculos que pusieron a prueba su resistencia mental y física.
Detrás del 6-0, 6-0 con el que arrasó a Amanda Anisimova en solo 57 minutos, había una historia de reinvención. Swiatek no solo rompió su sequía en césped, sino que se convirtió en la tenista más joven desde Serena Williams en 2002 en ganar títulos importantes en las tres superficies principales. Pero el camino no fue fácil:
Lo que siguió fue un trabajo meticuloso. Apenas una semana después de caer en Roland Garros, Swiatek aterrizó en Mallorca para entrenar en césped, superficie que históricamente se le resistía. Luego viajó a Alemania, donde incluso lloró tras perder una final. Pero esas lágrimas fueron el preludio de su resurgimiento. En Londres, cada golpe pareció borrar las dudas. “Volví a ser mi antiguo yo”, declaró, aunque con una nueva precaución: “Ahora tengo más miedo de comer algo contaminado”.
Mientras Anisimova reconocía que enfrentaba a “una jugadora increíble”, Swiatek dejaba atrás fantasmas. Su récord de 37 victorias consecutivas en 2022 ya era historia; ahora escribía un capítulo sobre resiliencia. Con cinco Grand Slams en su palmarés —y solo faltándole Australia para completar el ciclo—, la polaca demostró que incluso las caídas más duras pueden terminar con una sonrisa. O, como ella misma lo resumió al final del día: “Esa fue una buena sesión de terapia”.