Quinn Priester enfrenta a los Cubs en Wrigley Field con Milwaukee

"Estaba en la última fila, con mi mamá, tomando chocolate caliente porque hacía un frío brutal", recordó Priester sobre aquel Juego 5 de la Serie Mundial de 2016, cuando los Cubs iniciaron su remontada histórica. Ahora, con 25 años y una temporada revelación, busca evitar que la historia se repita: Milwaukee lidera 2-0 en esta serie divisional de la Liga Nacional.

Los números de Priester este año son contundentes:

• 13-3 de récord con 3.32 de efectividad
• 12 victorias consecutivas durante la temporada
• 19 juegos seguidos con victoria de su equipo cuando lanzó (hasta el 26 de septiembre)

Su llegada a Milwaukee en abril pareció un movimiento secundario, pero se convirtió en pieza clave. Adquirido de Boston a cambio de prospectos, el derecho encontró en los Cerveceros el escenario perfecto para florecer. "Vimos ingredientes especiales en él", admitió Matt Arnold, presidente de operaciones del equipo.

El momento clave llegó precisamente contra los Cubs. Tras un mayo catastrófico donde su efectividad subió a 5.79, Priester reinventó su repertorio:

• Incorporó un cutter que usa el 20% de sus lanzamientos
• Eliminó su recta de cuatro costuras
• Enfocó su juego en contactos débiles y rodados

"Los Cachorros lo destrozaron, y de ahí nació su mejor versión", destacó el manager Pat Murphy. Desde entonces, en 24 apariciones solo permitió más de tres carreras en dos ocasiones.

El miércoles, Priester no solo jugará frente al equipo de su infancia, sino contra los rivales que meses atrás lo obligaron a reinventarse. El círculo se cierra en Wrigley Field, donde el aroma a chocolate caliente habrá sido reemplazado por la presión de mantener vivo el sueño cervecero.

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