Los Ángeles, ca
Pese a sus problemas con las drogas y el alcohol, el músico se convirtió en leyenda.
Una vez, Johnny Cash escribió su lista de propósitos en una hoja de papel: “1: no fumar, 2: besar a June, 3: no besar a nadie más, 4: toser, 5: orinar, 6: comer, 7: no comer demasiado, 8: preocuparse, 9: visitar a mamá, 10: practicar piano.” Por último, se proponía “no hacer más listas”.
Esas anotaciones ofrecen un panorama de cuál era la filosofía de vida de la estrella del country, de cuya muerte se cumplen diez años mañana. Pese a su éxito, sus problemas con las drogas y el alcohol, su adicción a los medicamentos y sus graves enfermedades, nunca perdió la ironía ni el sentido del humor.
Nacido en 1932 en el seno de una humilde familia de Arkansas, J.R. Johnny Cash se convirtió en una de las leyendas del country más exitosas, celebradas e influyentes de todos los tiempos. Así lo documenta también el aclamado biopic Johnny & June: Pasión y Locura (Walk the Line), con Joaquin Phoenix y Reese Witherspoon, que se alzó con un Oscar por su interpretación de June.
Cash escribió cientos de temas, publicó decenas de álbumes, actuó tanto ante presidentes como presos, ganó incontables premios e influyó a figuras como Bob Dylan o el grupo U2 con un estilo que mezclaba el country, el rock and roll, el blues, el folk y el gospel. Su voz era “la más masculina de toda la cristiandad”, dijo una vez el cantante Bono. “Cualquiera sabe que no tiene nada que hacer comparado con Johnny Cash.”
Temas como Ring of Fire, Folsom Prison Blues o I Walk the Line se convirtieron en clásicos. “Lo cierto es que escribir I Walk the Line fue muy fácil. Tenía una pequeña grabadora y me grabé con la guitarra. Luego, por algún motivo, la banda lo interpretó mal, y eso que estaba mal tocado era justo el sonido que yo quería. Aquello me persiguió, igual que este verso: Because you’re mine, I walk the line, que siempre me venía a la cabeza”, recordaba Cash en una entrevista con CNN.
De regreso a EU pasó por distintas bandas, tuvo cuatro hijas con su primera mujer, Vivian, y actuó por los clubes de Memphis. Para conseguir que la guitarra sonara como él quería pegaba un trozo de papel detrás de las cuerdas. Ese chirrido se bautizó después como boom-chicka-boom.
Cash fue contratado por Sun Records, que acababa de convertir a Elvis Presley en una estrella, y pronto llegó su primer hit y la base sobre la que construyó su carrera: I Walk the Line. “O estoy cantando, o escucho un ritmo en la cabeza, o estoy componiendo”, contó una vez. Siempre fue fiel al country: “Esa música habla sencillamente de nuestros sentimientos esenciales: emociones, amor, separaciones, odio, mamá, pastel de manzana y todo eso.”