Alexis Ayala ‘No me veo repartiendo tanto amor’

Alexis Ayala tiene amor a manos llenas

...

Tu opinión es muy valiosa para mí y me ayuda a crear mejor contenido para ti.
Por favor, indícame qué fue lo que no te gustó.

¡Gracias por calificar mi nota! Nos ayuda mucho para crear más contenido como este.
MÉXICO, DF.

Alexis Ayala tiene amor a manos llenas. Su esposa, la también actriz Fernanda López, y sus hijas Stephanie y Roberta, son la razón de ser de este malvado villano quien en la vida real no es más que un hombre sincero y de buen corazón. Ayala, quien actualmente forma parte de La sombra del pasado, confesó que no volvería a ser papá.

—Alexis, ¿cómo terminas el año?
Lleno de aprendizaje, de mucho trabajo, de familia, de amigos, de encuentros, de buenos momentos, de vida.

—Importante para ti en todos los aspectos, pero, ¿qué hay del trabajo? Te vemos todos los días a través de la telenovela La sombra del pasado...
—Sí, muy feliz de regresar a las telenovelas con Mapat y Marco Vinicio, dirigiendo José Elías Moreno y Mauricio Rodríguez, los escritores han hecho un excelente trabajo y de la adaptación de lo que era El Manantial; ésta es una versión libre ahora. Ya estamos a todo lo que da todos los días a las 7 de la noche.

—Otra vez haciendo un personaje de esos que se lleva la historia, un antagonista a manos llenas...
—Sí, caray, otra vez me tocó ser malo ¡qué raro que siga haciéndola de malo! Llevo más de 20 telenovelas y 16 antagónicos, así es que ya no me queda de otra (risas). Este personaje me encanta, porque llega en un muy buen momento porque este 2014 cumplí 25 años como actor, así es que Mapat me premia con este personaje que es muy fuerte en muchos sentidos, el brazo izquierdo no lo tiene, lo pierde en esta primera etapa de la historia, así es que físicamente me conlleva a otro tipo de reto, de movimientos y de conciencia de cómo tengo que moverme y cómo tengo que actuar. Parece sencillo, pero es que cuando tienes un brazo escondido sí te afecta en tu equilibrio para moverte, para caminar, para correr, subirte y bajarte del caballo, no es lo mismo. Estamos acostumbrados a movernos a estar completos. El personaje tiene una discapacidad y eso me hace respetar mucho más a las personas que viven así y que se enfrentan a estos retos.

—¿Cómo practicaste?
—Pues se hicieron varias pruebas de cómo funcionaría mejor. La que mejor funcionó fue que el brazo me lo pegaron totalmente al cuerpo, totalmente vendado para que no se viera ningún movimiento para que no se notara absolutamente nada a cámara.

—Severiano Mendoza, tu personaje, está rodeado de grandes actores y de nuevas generaciones...
—Efectivamente, mi personaje, por ejemplo, es papá de Pablo Lyle, un joven actor que es muy talentoso y que le echa todas las ganas del mundo, sumamente profesional; además soy esposo de Alejandra Barros, y mis amantes son Susana González y Arlette Pacheco, digamos que es un elenco muy bonito, es chiquito, porque son pocos los personajes. La historia es muy rápida, es interesante.

—Fernanda López, tu esposa, comparte de nuevo el set contigo...
—Sí, una vez más estamos haciendo un mismo proyecto, cosa que me encanta. Yo a ella la conocí cuando estábamos haciendo El Pantera, luego compartimos créditos de nuevo en la telenovela Llena de amor, y ahora que nos vuelve a tocar juntos pues es padre.

—¿Se puede separar esa relación personal de la laboral?
—Definitivamente. Los dos somos actores profesionales y no tenemos ningún problema en eso. Nos apoyamos en todo momento. Ella se acerca mucho conmigo para orientarla. Yo en el trabajo soy muy estricto, porque lo soy conmigo, no es que lo sea con los demás, del trabajo sale todo. Yo sí veo lo que hago como un trabajo. Es un trabajo que tiene muchas bendiciones, pero no deja de ser eso, te pagan por lo que haces, debes tener una puntualidad, tener una atención y profesionalismo a eso.
LA BODA, SÓLO
UN TRÁMITE
—Hablando de Fer no tiene mucho que te casaste, cumpliste otro de tus sueños...
—La verdad es que sólo fue un trámite, algo que disfrutamos muchísimo, algo que desde que nació Roberta nos lo planteamos y nos lo prometimos. Nuestra idea era que Roberta estuviera ahí, ya más grandecita como ahora de tres años, tanto del civil como del religioso, y después nos fuimos de luna de miel, que creo fue el mejor viaje de mi vida y no por el lugar a donde fuimos (París, Londres, Roma, Florencia y Venecia) sino por lo bien que nos lo pasamos. Ella y yo siempre hemos sido muy buenos compañeros de viaje y muy buenos amigos y eso nos ha hecho que estemos juntos hasta ahorita. Independientemente del amor, de la familia que ya formamos juntos, del entendimiento que pueda haber entre nosotros, el entendimiento se da a partir de la amistad. Y que después tengas que regar la plantita constantemente también es clave. Como el estar siempre al pendiente de esa persona, ese juego de la seducción que es muy importante. Es muy fácil caer en las rutinas.

Comparte esta noticia