Es el cineasta activo más longevo a sus 106 años, Manoel de Oliveira
Privilegiado testigo del cine mudo al sonoro y celebrado autor de culto en Europa y Brasil, el director portuguésManoel de Oliveira cumplió ayer jueves 106 años de vida con el honor de ser el cineasta en activo más veterano del mundo
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México, DF.
Privilegiado testigo del cine mudo al sonoro y celebrado autor de culto en Europa y Brasil, el director portuguésManoel de Oliveira cumplió ayer jueves 106 años de vida con el honor de ser el cineasta en activo más veterano del mundo.
De Oliveira, artífice de más de 60 obras entre documentales, cortos y largometrajes, celebró sus 106 primaveras en la intimidad familiar y entre la curiosidad de los medios locales, que se preguntaban el secreto de su longevidad.
De entre los tributos al reputado cineasta, su Oporto natal estrenó hoy una de las más recientes producciones de De Oliveira aún no exhibida en las salas de Portugal, O Velho do Restelo.
El medio-metraje, estrenado el pasado septiembre en el Festival de Venecia, es una reflexión sobre la historia portuguesa, uno de sus temas predilectos, a través de una interpretación de los textos de Luís de Camões y Miguel de Cervantes, y de los portugueses Teixeira de Pascoaes y Camilo Castelo Branco.
La productora y distribuidora Midas Filmes, promotora del homenaje, exhibirá otras tres películas relacionadas con Oporto y pertenecientes a distintas fases del autor.
El documental mudo Douro, Faina Fluvial (1931), O Pintor e a Cidade (1956),Painéis de Sao Vicente de Fora - Visao Poética (2010) son los tres filmes escogidos para homenajearle.
Cada vez más absorbido por el trabajo cinematográfico a medida que cumple años, De Oliveira ha vencido sus achaques de salud precisamente por ese amor al séptimo arte iniciado en los años 20.
Nacido el 11 de diciembre de 1908 en Oporto en la cuna de una familia rica, estudió parte del bachillerato en el colegio de los jesuitas de A Guarda (España) y pasó las primeras décadas de su vida alternando su pasión por el arte con la de las carreras de coches.
Con 23 años, estrenó su Douro, Faina Fluvial, un retrato mudo y en blanco y negro de los trabajos en las orillas del río Duero con una estética influenciada por el entonces en boga cine soviético.
A partir de ahí, inició una larga carrera con altos y bajos productivos en la que alternó varios géneros cinematográficos.
Diez años más tarde de su primer documental, filma su primer largometraje, la tierna Aniki-Bobó (1941), una sencilla historia que narra la disputa de dos chicos por ganarse el amor de una niña.
Privilegiado testigo del cine mudo al sonoro y celebrado autor de culto en Europa y Brasil, el director portuguésManoel de Oliveira cumplió ayer jueves 106 años de vida con el honor de ser el cineasta en activo más veterano del mundo.
De Oliveira, artífice de más de 60 obras entre documentales, cortos y largometrajes, celebró sus 106 primaveras en la intimidad familiar y entre la curiosidad de los medios locales, que se preguntaban el secreto de su longevidad.
De entre los tributos al reputado cineasta, su Oporto natal estrenó hoy una de las más recientes producciones de De Oliveira aún no exhibida en las salas de Portugal, O Velho do Restelo.
El medio-metraje, estrenado el pasado septiembre en el Festival de Venecia, es una reflexión sobre la historia portuguesa, uno de sus temas predilectos, a través de una interpretación de los textos de Luís de Camões y Miguel de Cervantes, y de los portugueses Teixeira de Pascoaes y Camilo Castelo Branco.
La productora y distribuidora Midas Filmes, promotora del homenaje, exhibirá otras tres películas relacionadas con Oporto y pertenecientes a distintas fases del autor.
El documental mudo Douro, Faina Fluvial (1931), O Pintor e a Cidade (1956),Painéis de Sao Vicente de Fora - Visao Poética (2010) son los tres filmes escogidos para homenajearle.
Cada vez más absorbido por el trabajo cinematográfico a medida que cumple años, De Oliveira ha vencido sus achaques de salud precisamente por ese amor al séptimo arte iniciado en los años 20.
Nacido el 11 de diciembre de 1908 en Oporto en la cuna de una familia rica, estudió parte del bachillerato en el colegio de los jesuitas de A Guarda (España) y pasó las primeras décadas de su vida alternando su pasión por el arte con la de las carreras de coches.
Con 23 años, estrenó su Douro, Faina Fluvial, un retrato mudo y en blanco y negro de los trabajos en las orillas del río Duero con una estética influenciada por el entonces en boga cine soviético.
A partir de ahí, inició una larga carrera con altos y bajos productivos en la que alternó varios géneros cinematográficos.
Diez años más tarde de su primer documental, filma su primer largometraje, la tierna Aniki-Bobó (1941), una sencilla historia que narra la disputa de dos chicos por ganarse el amor de una niña.