MÉXICO D.F.
La cantante habla de cómo viven la navidad en familia y la anécdota que nunca olvida.
En la casa de la cantante y actriz Ximena Sariñana son tradicionales, si de fiestas decembrinas se trata.
Además de la cena familiar, hay intercambio de regalos y una piñata que romper después de la oración que cada año lee su abuela y que fue escrita por su bisabuela.
“Es un momento íntimo y familiar, eso es lo importante del disfrutar de esta época para estar con los seres queridos”, dijo la cantante.
Con sus propias palabras define lo que más recuerda de su infancia: que sus padres eran literalmente un desastre en los temas de Santa Claus y Los Reyes Magos.
“Mi mamá me va a matar”, dice con una sonrisa traviesa y luego intenta defenderla.
Todo tiene un sentido, una anécdota que no olvidará nunca y que comienza una noche como la de cualquier año que bajó a ver sus regalos y se dio cuenta que no había nada en el árbol, aunque inmediatamente escuchó a su mamá pararse corriendo con un grito.
“Me pasó de lado, no me vio e ignoró que estaba en las escaleras y llegó al coche”, recuerda. En ese momento Ximena vio la forma en la que sacaba algunas bolsas de tiendas departamentales desde la cajuela del auto, se regresó y las aventó para dormir nuevamente.
“Y yo rompiéndome la cabeza diciendo ‘entonces no existen’ y toda dramática tirada en el piso llorando. Subí y le pregunté a mi mamá, que me inventó un choro de que estaban viendo una película y ya estaban los regalos, entonces los subieron al coche porque íbamos a ir a desayunar a casa de mi tía, todavía le creí unos años más”.