Justin Timberlake, la estrella pop que cautivó a millones con su talento y carisma, se enfrenta a un nuevo capítulo en su vida pública, uno que lo trae de vuelta a la tierra, lejos de los escenarios y las alfombras rojas.
Este viernes, el cantante de 43 años se presentará en la corte en los Hamptons, Nueva York, para un caso que ha estado bajo la lupa de la prensa desde junio. El incidente que desencadenó todo ocurrió en Sag Harbor, un pueblo pintoresco que contrasta con la imagen que proyecta Timberlake. Fue arrestado por conducir ebrio tras ser detenido por un oficial de policía que lo encontró con signos de intoxicación: ojos inyectados en sangre, un fuerte olor a alcohol y un mal desempeño en las pruebas de sobriedad. El oficial también indicó que Timberlake se saltó una señal de stop y se salió de su carril mientras conducía un BMW 2025. Aunque Timberlake admitió haber tomado un martini, se negó a someterse a una prueba de alcoholemia.
La historia ha tenido giros inesperados. La oficina del fiscal de distrito del condado de Suffolk reconoció un "error ministerial" en los documentos presentados, lo que llevó a la presentación de una acusación enmendada. Además, el abogado de Timberlake, Ed Burke, recibió una advertencia judicial por sus comentarios públicos sobre el caso. Timberlake había sido previamente suspendido de conducir por negarse a realizar la prueba de alcoholemia y se declaró inocente del cargo inicial de conducir ebrio.
El acuerdo de culpabilidad que se espera no ha especificado qué delito menor se aplicará ni las posibles sanciones. Este nuevo capítulo en la vida pública de Timberlake nos recuerda que la ley no se aplica en base a la fama, el talento o el pasado.
La resolución del caso seguramente marcará otro capítulo en la vida de Timberlake, quien ha estado en el ojo público desde su adolescencia. La pregunta es, ¿cómo afectará este episodio a su imagen y su carrera? Sólo el tiempo dirá cómo se desarrollará la historia.