La mujer que lo acusó, identificada como Jane Doe, teje una historia escalofriante de manipulación, coerción y abuso físico que se extiende desde 2020 hasta la actualidad.
Las acusaciones son graves: drogas, agresión sexual mientras estaba inconsciente, grabación de actos sexuales sin consentimiento, control total de su vida y amenazas para silenciarla.
De acuerdo con la demanda, en cada visita, (Combs) supuestamente obligaba a la víctima a "realizar un espectáculo" para él y la intoxicaba con alcohol y sustancias hasta que perdía el conocimiento. La víctima despertaba con moretones y lesiones, sin recordar cómo los había sufrido.
El testimonio de Jane Doe se suma a una larga lista de mujeres que han acusado a Combs de comportamientos similares. En julio de 2022, tras un encuentro en su casa de Los Ángeles, ella afirma haber ingerido drogas, incluido ketamina, y desmayarse. Al despertar, se encontró embarazada y Combs, según ella, le exigió que abortara. Jane Doe sufrió un aborto espontáneo.
La demanda también revela que Combs y sus allegados monitoreaban su ubicación y conversaciones. Él la desalentaba de trabajar y la mantenía bajo control mediante una "asignación" financiera.
Las acciones legales contra Combs ponen en jaque a un ícono del hip-hop, quien se enfrenta no solo a la justicia, sino al juicio de la opinión pública. Mientras tanto, Jane Doe, al igual que otras mujeres que lo han acusado, busca justicia y busca dar voz a las víctimas de abuso en la industria del entretenimiento.
La batalla legal continúa y, con ella, la lucha de Jane Doe por romper el silencio y reconstruir su vida.