El mundo del jazz llora la pérdida de un maestro que no solo conquistó escenarios con su cálido estilo, sino que inspiró a generaciones de músicos. Donaldson, nacido en Badin, Carolina del Norte, fue un veterano de la Segunda Guerra Mundial y un pionero del movimiento "bop" que surgió tras la guerra.
Su legado es invaluable. Donaldson fue parte de la escena musical desde su juventud, tocando junto a leyendas como Thelonius Monk, Milt Jackson y Art Blakey. Además, fue clave en el lanzamiento de la carrera de Clifford Brown, un talentoso trompetista que, desafortunadamente, falleció en un accidente en 1956.
Donaldson, quien celebró su cumpleaños número 98 a principios de este mes, era un ícono del jazz. Sus canciones, con un toque único que combinaba soul, blues y pop, resonaron en generaciones. Su versión de "Ode to Billy Joe" en 1967, con un joven George Benson en la guitarra, lo catapultó a la fama. Su música, un testimonio de su versatilidad, se escuchaba en clubes y festivales, especialmente en la ciudad de Nueva York, donde mantenía una presencia constante.
Donaldson, reconocido en 2013 como "Jazz Master" por el National Endowment for the Arts, dejó un vacío en la escena musical. Su "Blues Walk", una melodía de 1958, se convirtió en su himno. "Esa es mi canción de presentación" dijo en una entrevista de 2013. "Tiene un buen ritmo, un buen ritmo"
Su partida, como la de muchas otras figuras musicales en los últimos días, es un recordatorio de la huella que dejan los grandes artistas.