Schur, conocido por su trabajo en The Office y Parks and Recreation, comparte que la idea de la serie surge de reflexiones personales. “Mis padres tienen aproximadamente la misma edad que el personaje principal, Charles, y muchos de los padres de mis amigos también”, comentó. La serie, que se estrena el 21 de noviembre, sigue a Charles, interpretado por Ted Danson, un viudo solitario que se convierte en un espía encubierto en un hogar de retiro, lo que provoca la sorpresa de su hija adulta, Emily, interpretada por Mary Elizabeth Ellis.
El elenco se completa con la participación de Stephanie Beatriz, quien da vida a Diddi, la administradora del hogar, y Sally Struthers como Virginia, una residente que siente una atracción por Charles. Schur destaca que su enfoque creativo se centra en las historias humanas, más que en el escenario en sí. “A veces, los creadores se enfocan demasiado en el lugar y no en las personas que habitan en él”, explicó. “Es fundamental pensar en los temas que realmente importan, como la soledad y las relaciones familiares.”
El creador también reflexionó sobre su trabajo anterior, The Good Place, que exploró la moralidad en un contexto de comedia. “La idea de un lugar ficticio donde las personas son juzgadas por sus acciones fue un punto de partida interesante”, dijo. Schur enfatiza que su proceso creativo se basa en identificar temas relevantes y luego encontrar el entorno adecuado para desarrollarlos.
En cuanto a la elección de Danson para el papel principal, Schur no tuvo dudas. “Si Ted no hubiera estado disponible, probablemente no habríamos hecho el programa”, confesó. A pesar de ser consciente de la falta de representación de personas mayores en la cultura pop, su intención no fue simplemente llenar un vacío. “Lo que realmente importa son las historias auténticas que podemos contar”, afirmó. “Si logramos presentar estas narrativas de manera genuina, resonarán no solo con los mayores, sino también con sus hijos y nietos.”
La serie no busca minimizar los desafíos del envejecimiento, sino más bien explorar las preocupaciones y alegrías que acompañan a esta etapa de la vida. Schur concluye que hay una riqueza de historias por contar que pueden conectar con diversas generaciones.