Sin embargo, un terremoto de 9,5 grados en la costa de Indonesia provocó el tsunami más devastador del mundo.
En ese momento, Nemcova estaba empacando en su bungalow el 26 de diciembre de 2004, después de una mañana tranquila con Atlee. Pero con solo dos horas antes de partir hacia el aeropuerto, los gritos de los huéspedes en la piscina la alertaron. "Todo sucedió en segundos", recordó Nemcova en una entrevista con People magazine. "Miré hacia arriba y vi movimiento frenético y personas saltando, y al siguiente segundo, la ola chocó contra el bungalow y rompió todas las ventanas de vidrio".
La supermodelo recordó su último momento con Atlee, mientras los fragmentos de vidrio la cortaban. "Escuché a Simon gritar mi nombre, y fue la última vez que lo escuché". Nemcova intentó agarrarse, pero finalmente se soltó. "En algún momento, ya no pude respirar más. Y pensé, 'Ese es mi último momento'. Y me solté. Y, en realidad, fue el momento más dichoso de mi vida".
Por algún milagro, Nemcova pudo ver el cielo de nuevo y se agarró a un árbol de palma, donde se quedó durante ocho horas con una pelvis rota. No podía sentir ni mover sus piernas mientras escuchaba los gritos de los niños. "Media hora después, ya no podía escucharlos más", contó Nemcova. "Y eso significaba que no podían agarrarse. No podía nadar hacia ellos porque estaba atrapada por los escombros. Ese día, no pude ayudar. No tenía opción".
Después de sobrevivir, Nemcova decidió dar algo a cambio. Creó el Happy Hearts Fund en 2005 para reconstruir escuelas en áreas afectadas por desastres naturales. "Escuchar a los niños gritando pidiendo ayuda y no poder ayudarlos, eso deja una marca poderosa", explicó Nemcova. "Hoy y todos los días, tengo la opción de ayudar".
Desde 2005, el Happy Hearts Fund se ha convertido en All Hands and Hearts. La organización llega a áreas que están a punto de ser afectadas por desastres naturales para ayudar a preparar y luego reconstruir hogares y escuelas después del desastre.
Nemcova viajó de regreso a Tailandia en 2005 para honrar a Atlee. La supermodelo también decidió enfrentar su miedo al agua de frente haciendo buceo durante el viaje. "Me sumergí en el agua y me estaba poniendo histérica", recordó Nemcova. "Mi corazón estaba latiendo muy rápido y no podía respirar correctamente, pero es muy importante no vivir en una vida de miedo. Eso es por lo que lo hice".
Admitió que le tomó unos años que los sonidos de las hojas de palma chocando contra el techo de un hotel o un bungalow no reavivaran sus recuerdos. "Y luego perdió poder sobre mí", explicó Nemcova. "Si aprecias el regalo del aire, si aprecias la capacidad de mover tus piernas, todo lo demás es mucho más rico. Tu vida es más feliz. Estás viviendo en lugar de solo sobrevivir".