Hablamos de Matilda Djerf, la figura detrás de la exitosa marca Djerf Avenue, una empresa que, según reportes, generó alrededor de $35 millones de dólares en ingresos el año pasado. Su ascenso meteórico, reconocido incluso con un lugar en la lista Forbes 30 Under 30 en 2023, se ha visto opacado por una investigación periodística del medio sueco Aftonbladet.
El reportaje ha destapado un ambiente laboral tóxico, descrito por 11 empleados actuales y anteriores como un verdadero "terror psicológico". Testimonios desgarradores hablan de pérdida de sueño, falta de apetito, ataques de pánico, y la experiencia diaria de llegar a casa llorando después del trabajo. Las acusaciones contra Djerf son contundentes: “nos grita, nos insulta”, señala una exempleada. Otras describen arrebatos de furia por detalles nimios: la falta de café, un compañero sentado en el asiento "equivocado", o la comida sin calentar.
Pero la situación va más allá de los gritos y los malos tratos. Aparecen detalles insólitos, como la existencia de un baño privado para Djerf en la oficina. Un incidente en particular llama la atención: tras caerse el letrero de la puerta, un empleado usó el baño por error y otro tuvo que "fregar el inodoro antes de que Matilda pudiera usarlo de nuevo". Pernilla Bonny, directora de operaciones de Djerf Avenue, explicó que el baño era una "medida para ayudar a Matilda a mantenerse saludable", aunque admitió que la limpieza impuesta al empleado fue inaceptable.
Las acusaciones también ponen en entredicho los valores que la marca proyecta. Djerf Avenue se promociona por la inclusión de tallas, ofreciendo prendas desde la XXS hasta la 4XL. Sin embargo, el reporte revela que Djerf reaccionó negativamente a las imágenes de una modelo de talla grande en una campaña: “Tenemos que volver a grabar esto porque se ve tan jodidamente gorda con esta ropa. No podemos mostrar eso.”
Ante la controversia, Djerf emitió una declaración a la BBC: “Si algún miembro del equipo se ha sentido maltratado en su puesto debido a mis acciones, lamento profundamente y quiero disculparme sinceramente. No me reconozco en todas las acusaciones que se han hecho, y he optado por no comentar casos individuales. Sin embargo, creo que es valioso que se planteen estas preocupaciones, ya que me da a mí y a Djerf Avenue la oportunidad de crecer y mejorar.”
Las reacciones en redes sociales no se han hecho esperar. Numerosos seguidores expresan su decepción y cuestionan la autenticidad de la disculpa de Djerf. La controversia pone en jaque la imagen de la marca y plantea interrogantes sobre el futuro de Djerf Avenue y la responsabilidad de las figuras públicas en la creación de un ambiente laboral sano y respetuoso.