Resulta que Paris Hilton, la icónica heredera, se ha enfrentado a un desafío inesperado: encontrar los regalos ideales para sus hijos, Phoenix (23 meses) y London (13 meses), fruto de su matrimonio con Carter Reum. La dificultad, según sus propias palabras a E! News, radica en la abrumadora abundancia de opciones: "Es muy difícil porque hay muchos juguetes hermosos. Yo también quiero esto y lo otro".
Entre la avalancha de opciones, Paris ha encontrado algunos favoritos. Se ha decidido, al menos en parte, por un coche de Hello Kitty y un Jeep de Barbie. Pero la historia no termina ahí. La fascinación de la empresaria por estos juguetes va más allá del simple regalo: "Lo conduzco por toda la casa con los niños, estoy obsesionada", confesó.
Más allá de los regalos, la Navidad para Paris también implica una fuerte herencia familiar. Ella misma reconoce la influencia de su madre, Kathy Hilton, como inspiración para sus propias celebraciones: "¡He aprendido de la mejor! Mi madre es la reina de la Navidad y de las decoraciones, las mesas y los árboles. Mi casa está engalanada y se lo agradezco a Kathy Hilton porque es la personificación de la Navidad. Soy quien soy gracias a ella."
La maternidad, sin embargo, ha traído consigo una nueva perspectiva. Paris ha aprendido a apreciar el valor del tiempo y la velocidad con la que pasan los momentos: "Este año he aprendido de verdad que la vida va y se mueve muy deprisa y que hay tantos momentos increíbles. Sólo quiero empaparme de todo, estar con mis hijos tanto como sea posible". Esta nueva apreciación del tiempo se refleja en sus decisiones: "He dicho que no muchas veces. No quiero perderme todos esos momentos con los niños creciendo".
La experiencia de elegir regalos para sus pequeños, un desafío incluso para una personalidad tan acostumbrada al lujo, ilustra un cambio de enfoque para Paris Hilton: la prioridad ahora reside en los momentos familiares y la conexión con sus hijos en esta época festiva.