“Megan estaba harta de todo”, reveló una fuente cercana a la pareja a DailyMail.com. La revelación de material comprometedor en el teléfono de MGK durante unas vacaciones en Colorado habría sido el detonante final.
La decisión de Megan de adquirir una nueva propiedad, según TMZ, no solo responde a la necesidad de un nuevo hogar, sino también a una preocupación por la seguridad. Se menciona que la pareja no convivía desde hace un año, y que la presencia constante de invitados en la casa de Baker generaba inquietud en Fox.
Mientras tanto, la ex novia de MGK, Amia Miley, ha salido a la luz con revelaciones impactantes en el podcast Inside Only Fans, detallando un incidente inusual durante su relación de hace ocho años: “Bebió mi orina... No sé qué estábamos haciendo, pero llegamos a su casa y él dijo: 'Ve a ducharte'. Y yo dije: 'No, no necesito una ducha'. Así que lo hice, y él extendió la mano y dijo: 'Ok, ahora orina'”. Miley asegura que el incidente fue único.
El panorama se complica aún más con la noticia de que Megan estaría furiosa por el deseo de MGK de estar presente en el parto. Las fuentes apuntan a que la actriz considera que, tras las infidelidades, él no merece estar ahí. Megan ya tiene tres hijos con su ex esposo, Brian Austin Green: Noah (12), Bodhi (10) y Journey (8).
La situación deja abierta la incógnita sobre el futuro de la pareja y cómo manejarán la crianza de su hijo juntos. El foco ahora está en la estabilidad y bienestar de Megan y su bebé, independientemente de las complejidades de su vida sentimental.