Durante el primer fin de semana de la residencia de 50 Cent en el PH Live theater del Planet Hollywood Resort & Casino, un encuentro casual llamó la atención. Se trata de la actriz Amanda Bynes, quien, a sus 38 años, sorprendió a muchos con su aparición en un encuentro con el rapero.
Videos compartidos por fanáticos en redes sociales muestran a Bynes, de 38 años, posando para una foto con Curtis Jackson, nombre real de 50 Cent, de 49 años. Según reportes, Bynes le agradeció al artista y se retiró con una sonrisa. "He sido fan de 50 Cent durante años", se le escuchó decir a la actriz, quien aprovechó la oportunidad para comentarle sobre un guion en el que está trabajando.
Esta breve pero significativa interacción añade un toque inesperado a la ya de por sí intensa agenda de 50 Cent. El rapero, quien anunció su residencia limitada en Las Vegas en octubre, describió el evento como "una experiencia inolvidable para mis fans. Hablamos de una gran producción, sorpresas y la mejor fiesta de fin de año". Su presentación, que inició el 27 de diciembre y se extendió hasta el 4 de enero, incluyó shows con una puesta en escena ambiciosa, algo que el mismo artista había anticipado: "Revisité cosas que antes no podía hacer en mis producciones. Dije, ‘deberíamos intentar esto. Hagamos todo esto extra’. Tengo un equipo de personas ayudándome con el show.”
El impacto de estas seis noches de conciertos trasciende Las Vegas. Posterior a su residencia, 50 Cent se embarcará en una gira europea en 2025, con presentaciones en ciudades como Londres, París y Glasgow. A pesar de su larga trayectoria, la emoción de subirse al escenario permanece intacta: "Cuando me preparo para actuar, me dan mariposas el primer minuto. Es como energía nerviosa. Creo que si eso se detiene, ya no deberías hacerlo, porque ya no te importa el resultado del show".
Más allá del impacto mediático de la breve interacción entre ambas estrellas, el evento resalta la capacidad de estos encuentros inesperados para generar momentos memorables, fusionando el mundo del espectáculo con la espontaneidad de un encuentro casual.