En 2020, en medio del caos global de la pandemia, Rebel Wilson, la estrella de películas como "Pitch Perfect", decidió emprender un viaje transformador. No se trató solo de una dieta, sino de un "año de salud", como ella misma lo denominó, que involucró un intenso régimen de dos horas y media diarias de ejercicio. Pero la historia va mucho más allá de los kilos perdidos.
Su transformación física, con una pérdida de 35 kilogramos, fue solo la punta del iceberg. En su libro autobiográfico, "Rebel Rising: A Memoir", Wilson desvela un proceso de introspección profundo. En entrevistas, como la que concedió a Hoda Kotb en el programa TODAY, habló con honestidad sobre sus luchas internas: "El libro trata sobre muchas dificultades en mi vida, pero te muestra que puedes superar muchas cosas". Se enfrentó a la baja autoestima, a conflictos relacionados con su sexualidad y a una compleja relación con la comida.
El "año de salud" no fue una búsqueda obsesiva de la delgadez, sino la construcción de hábitos sostenibles. Wilson experimentó con Ozempic, un medicamento para la diabetes que ayuda a controlar el apetito, pero aclaró que ya no lo usa. En enero de 2024, reconoció en Instagram haber recuperado peso tras un periodo de estrés. Esta experiencia, lejos de desanimarla, reforzó su mensaje de autoaceptación.
Entre sus hábitos clave destaca el caminar: "Es algo que puedes hacer en cualquier lugar y mantiene el cuerpo en movimiento", declaró en una entrevista anterior con TODAY. Un recordatorio de que la salud no exige rutinas extremas, sino movimiento natural.
Este cambio radical impactó positivamente su vida personal. Wilson encontró el amor y ahora está comprometida, esperando un bebé. "Es un mundo completamente diferente de amor que se ha abierto en mi corazón", compartió emocionada.
Su mensaje a sus seguidores es claro: equilibrio y autoaceptación. En declaraciones a US Weekly, enfatizó la importancia de no obsesionarse con la salud y recordó que "Tú eres más que solo tu peso". Una lección de resiliencia y un camino hacia una vida más plena, más allá de los números en la báscula.