El foco está puesto en Maryfer Centeno, una reconocida grafóloga mexicana, y Octavio Arroyo, mejor conocido como Mr. Doctor, un influencer con millones de seguidores en YouTube. La disputa entre ambos ha escalado a niveles insospechados, derivando en una batalla legal con implicaciones financieras importantes.
La controversia comenzó con críticas públicas de Mr. Doctor hacia Centeno, calificándola de “charlatana” en videos que, según fuentes legales, han generado ingresos millonarios para el youtuber. Se estima que las ganancias, gracias a la viralización del conflicto, se ubican entre los tres y cinco millones de pesos, según declaraciones de la abogada Adriana Leonel de Cervantes. Un dato revelador es que el canal de Mr. Doctor, creado el 23 de octubre de 2026, ha acumulado más de 4.3 millones de reproducciones, una cifra que refleja la magnitud del alcance de la polémica.
En una entrevista exclusiva con Infobae México, Centeno expresó su profunda incomodidad: “Me duele, no sé qué opinar, pero me siento usada; la gente se enojó con él, porque inventó que lo habían arrestado y obviamente no lo arrestaron, o sea, fue un invento de él”. Sus declaraciones evidencian la angustia que le ha causado la situación, mostrando una faceta humana detrás de la figura pública.
La situación no se limita a las declaraciones de Centeno. En redes sociales, la opinión pública se ha dividido, con algunos usuarios que apoyan a la grafóloga y otros que se inclinan por Mr. Doctor. Algunos comentarios en X (antes Twitter) incluso señalan que: “Este tipo, que siempre dice que no tiene dinero, ha ganado una fortuna (se rumora que más de 7 MDP) hablando de Maryfer Centeno, la mujer que lo llevó a la fama ¡increíble!”
Como parte de las acciones legales emprendidas por Centeno, se llevó a cabo una audiencia urgente el sábado pasado donde se reforzaron las medidas de protección otorgadas en agosto. El juez ratificó y amplió dichas medidas, prohibiendo a Mr. Doctor, incluso de forma indirecta, cualquier tipo de molestia hacia la grafóloga.
La disputa legal sigue en curso, dejando en el aire las consecuencias finales para ambos protagonistas. El caso, sin duda, refleja la complejidad del ecosistema digital y sus consecuencias en la vida real.