Más allá de los reflectores y las alfombras rojas, la realidad es que sus últimas producciones cinematográficas pintan un retrato sorprendente de sus trayectorias. Mientras una se sumerge en la elegancia nostálgica, la otra abraza el riesgo y la vulnerabilidad con una intensidad que pocos se atreven a igualar. ¿De quiénes hablamos?
Angelina Jolie ha optado por encarnar a 'María Callas' en "Maria", una biografía ambientada en el París de los años 70. La película, según The Independent, está impregnada de una sofisticación melancólica, reflejando la grandeza y la tristeza inherentes a la vida de la legendaria cantante de ópera. La interpretación de Jolie se fusiona con la imagen de la propia Callas, creando una simbiosis fascinante entre la actriz y el personaje. "Una elegante y nostálgica exploración de una vida llena de contrastes", describe el medio británico.
En contraste, Nicole Kidman se adentra en el terreno turbulento de "Babygirl", un thriller erótico que la exige físicamente y emocionalmente. Su papel como 'Romy Mathis', una ejecutiva involucrada en un peligroso romance con un subordinado más joven, es descrito por la propia Kidman como una experiencia de profunda vulnerabilidad. Escenas atrevidas y una interpretación cargada de riesgo conforman una apuesta arriesgada que solo una actriz de su talla podría asumir.
La reseña de Xan Brooks para The Independent destaca la diferencia crucial entre ambas interpretaciones: Jolie se inclina hacia una narrativa clásica, grandilocuente y controlada, mientras que Kidman explora la complejidad humana con una franqueza deslumbrante. Esta dicotomía no solo refleja las elecciones artísticas de las actrices, sino también una evolución en sus propias carreras.
A lo largo de sus carreras, ambas han desafiado las expectativas. Jolie, inicialmente conocida por papeles intensos y transgresores en películas como Gia o Girl, Interrupted, ha girado hacia proyectos que priorizan su imagen icónica. Kidman, por su parte, después de papeles en producciones más convencionales, ha demostrado una inclinación por personajes complejos y emocionalmente vulnerables, como en Big Little Lies o Birth.
El contraste es claro: una elección segura, la otra, un riesgo calculado. Una apuesta por la grandeza formal, la otra por la introspección valiente. La trayectoria de ambas actrices nos deja con una interrogante: ¿cuál camino ofrece un legado más perdurable?