Hablamos de Angelina Jolie, quien, en una entrevista reciente con Times Radio, aprovechó la promoción de su papel como Maria Callas en "Maria" para hacer algunas reflexiones personales. Aunque no mencionó explícitamente el divorcio, sus declaraciones fueron interpretadas por muchos como un eco de la intensa batalla legal que mantuvo durante ocho años con Brad Pitt.
En sus palabras, Jolie confesó sentir que su "luz se había atenuado" antes de alcanzar la resolución final del divorcio. La actriz, de 49 años, describió el proceso artístico y el personal como intrínsecamente ligados: "Eres un artista, y pasas por diferentes cosas en la vida... te preguntas si ciertas partes de ti se han apagado, o quién eres, qué tienes dentro de ti, y si tu luz se ha atenuado, y si tienes menos que contribuir, o si no te conoces..."
Esta declaración, realizada una semana después de la finalización del divorcio, adquiere aún más peso al conocerse detalles adicionales. Una fuente cercana a la actriz reveló a People que sus hijos jugaron un papel fundamental en su decisión de enfrentar públicamente la situación. "Ella ha estado intentando ser luz después de un tiempo oscuro", dijo la fuente. "Los niños han crecido viendo que algunas personas tienen tanto poder y privilegios que sus voces no importan. Su dolor no cuenta. Ellos han querido que ella se defienda, que se defienda a sí misma durante estos años..."
El conflicto entre Jolie y Pitt, de 61 años, comenzó en septiembre de 2016, tras su segundo aniversario de bodas. Los documentos judiciales, obtenidos por Page Six, revelan acusaciones de violencia física por parte de Pitt hacia Jolie y dos de sus hijos. La pareja comparte seis hijos: Maddox, Pax, Zahara, Shiloh, Knox y Vivienne, quienes según reportes, presionaron a su madre para que se defendiera.
La batalla legal se extendió por años, incluyendo disputas por la custodia de los hijos y por la propiedad de su costosa bodega francesa, Château Miraval. Recientemente, una fuente cercana a Pitt declaró a Page Six que él se siente "agradecido de comenzar el nuevo año con una pizarra limpia y un nuevo comienzo", destacando la influencia de su novia, Ines de Ramon, en esta decisión.
La resolución del divorcio marca el fin de un capítulo complejo y doloroso para ambas partes, dejando tras de sí una estela de especulaciones e interrogantes sobre el futuro de sus vidas personales y profesionales. La pareja continúa con la disputa sobre el Château Miraval, un detalle que demuestra que la historia no ha terminado por completo.