Recientemente, en el podcast "New Heights", Travis Kelce, jugador de los Kansas City Chiefs, y su hermano Jason Kelce, ex jugador de los Philadelphia Eagles, discutieron acaloradamente sobre la mejor época para casarse. Todo comenzó con una llamada de un oyente preocupado porque su prometida deseaba una boda otoñal, coincidiendo con la temporada de fútbol americano.
Travis, conocido por su humor pícaro, afirmó que "no conoce a nadie que se haya casado en otoño". Su argumento, en tono jocoso, giraba en torno a la dificultad de conciliar la celebración con los compromisos deportivos. “Hay que encontrar un fin de semana donde el equipo no juegue contra alguien bueno”, bromeó. Añadió que ha asistido a bodas en febrero, incluso, pero nunca en otoño. A diferencia de Travis, Jason, quien se casó en abril de 2018 con Kylie Kelce, fue mucho más conciliador. Para él, la decisión de la fecha debería ser exclusivamente de la pareja.
La conversación tomó un giro interesante cuando se mencionó que Travis mantiene una relación con Taylor Swift desde el verano de 2023, relación que ha generado gran especulación sobre un posible compromiso. De hecho, Page Six reportó en octubre del año pasado que la cuenta regresiva para una propuesta de matrimonio estaba en marcha. Una fuente cercana a la pareja comentó en 2024 que "ella se siente más segura con él que con nadie que haya conocido; sabe que él haría cualquier cosa por ella y físicamente se siente protegida por él, y le encanta esa sensación". Incluso, personalidades como Hoda Kotb y Jenna Bush Hager han expresado públicamente su deseo de que la pareja se case.
Jason, con su habitual pragmatismo, aconsejó al oyente grabar los partidos de fútbol que pudiera perderse por la boda, recalcando que "hay cosas más importantes que el fútbol americano, y las bodas son una de ellas. Y no discutir con tu esposa está muy arriba en la lista…". Travis, por su parte, añadió una advertencia más cómica: “No hagan que mis amigos tengan que elegir entre la boda y sus boletos de temporada”.
El debate, más allá de la anécdota, refleja las complejidades que pueden surgir al planear una boda, especialmente cuando se trata de personalidades públicas con agendas apretadas y una gran cantidad de fans.