En este caso, la historia nos lleva a un viaje a través de la vida de una artista que recientemente conquistó un Grammy.
Hablamos de Chappell Roan, una cantante y compositora estadounidense que, con su nombre artístico —un homenaje a su abuelo, Dennis K. Chappell— irrumpió en la escena musical con su estilo pop ochentero y letras que resonaron profundamente con muchos. Nacida como Kayleigh Rose Amstutz el 19 de febrero de 1998 en Willard, Missouri, su camino no fue fácil. Desde la publicación de su primer sencillo, "Die Young", a sus 16 años, hasta la firma con Atlantic Records a los 17, su ascenso fue un proceso lleno de altibajos.
Su éxito con "Pink Pony Club" en 2020, un auténtico himno queer, parecía el comienzo de una trayectoria imparable. Sin embargo, la cancelación de su contrato discográfico al inicio de la pandemia la obligó a reinventarse. Esta experiencia, sin embargo, la fortaleció y la impulsó a seguir adelante, creando un camino independiente hacia el éxito que culminó con su reciente triunfo en los Grammy.
Pero la historia de Chappell no se limita al ámbito profesional. La artista, abiertamente lesbiana y una gran influencia en la comunidad LGBTQ+, ha sido franca sobre sus luchas con la salud mental. A sus 26 años, Roan ha compartido públicamente su diagnóstico de trastorno bipolar II. Este diagnóstico, recibido a los 22 años, explica los cambios extremos de humor que había experimentado durante años. Según la artista, el éxito repentino y la intensa exposición mediática, especialmente en plataformas como TikTok, intensificaron sus síntomas, llevando a episodios de hipomanía.
La Clínica Mayo describe el trastorno bipolar II como una condición caracterizada por episodios de depresión mayor que alternan con periodos de hipomanía; un estado de ánimo elevado, con mucha energía, pero que no llega a la intensidad de la manía completa. En una entrevista con Rolling Stone, Chappell describió cómo su creciente popularidad coincidió con un periodo de hipomanía intensa, un testimonio de la compleja interrelación entre la salud mental y la vida pública.
Su experiencia no solo nos muestra el lado humano detrás del éxito, sino que también resalta la importancia de hablar abiertamente sobre la salud mental, especialmente en un mundo donde la presión por alcanzar la perfección es inmensa. La historia de Chappell Roan es un recordatorio de que, incluso con la gloria de un Grammy, la lucha personal continúa.