Polémica por los abrazos de Meghan Markle que incomodaron al Príncipe William, según reporte

Recientemente, un reporte del London Times ha desatado un nuevo debate. En el centro de la polémica se encuentran Meghan Markle y el Príncipe William, cuya interacción, según fuentes del palacio, estuvo marcada por un comportamiento que generó incomodidad. El periodista Tom Quinn, autor del reportaje, señala que la actitud afectiva de Meghan, particularmente su costumbre de abrazar con frecuencia, causó malestar al Príncipe William.
Según el reporte, el "caluroso, amigable y abrazador" acercamiento de Meghan, descrito por empleados de palacio como una forma constante de interacción física, generó incomodidad no solo en William (42 años), sino también en el Rey Carlos III, quienes a veces "retrocedían" ante sus demostraciones de afecto. "Esta forma táctil hizo sentir incómodo a William, porque Meghan lo abrazaba prácticamente cada vez que se cruzaban", se afirma en el reporte.
Esto, a su vez, alimentó rumores entre el personal del palacio, sugiriendo que Meghan estaba coqueteando con William. Sin embargo, el reporte indica que esta interpretación fue errónea; "obviamente no lo estaba haciendo," aclara la nota. Esta situación aparentemente dejó a Meghan, de 43 años, "herida", ya que, según ella, en California, "todo el mundo abraza a todo el mundo".
El reporte agrega otros detalles interesantes. Se menciona que Meghan cuestionó en una ocasión a un miembro del staff preguntando: “¿Por qué William y Carlos suenan tan serios todo el tiempo?”. También se le atribuyen bromas sobre Harry (40 años), diciendo que no compartía los mismos padres que su hermano mayor porque “no es nada pomposo” y es “tranquilo”. Estas anécdotas, según el London Times, profundizaron la brecha existente entre Harry y William, una relación ya deteriorada por conflictos anteriores.
La publicación destaca que las diferencias culturales podrían haber jugado un papel importante en la situación. Se especula que la inclinación de Meghan por los abrazos, algo común en su cultura de origen, fue malinterpretada en el rígido contexto de la corte británica. Este incidente se suma a la compleja historia de tensiones y reconciliaciones dentro de la familia real, dejando abierta la puerta a nuevas interpretaciones y análisis.