James Blunt: Del metro al O2 Arena, la humildad de una estrella
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El intérprete, que cuenta con una fortuna estimada en 15 millones de libras, interrumpió su rutina para tomar el metro, específicamente las líneas District y Jubilee de Londres.
La travesía, de 37 minutos, comenzó en su pub, The Fox and Pheasant, en el oeste de Londres, y terminó en el O2 Arena de Greenwich, donde ofreció un concierto con entradas agotadas. El músico documentó la experiencia en X (antes Twitter), compartiendo fotos en las que aparece con un atuendo informal: jeans deslavados, una gorra con su apellido en letras pequeñas y su característica chaqueta de aviador. "Desde mi pub @TheFoxnPheasant hasta mi concierto en @TheO2, 37 minutos", escribió.
Para muchos, la anécdota es digna de admiración. El artista, que celebra 20 años del lanzamiento de Back to Bedlam, realizó una presentación en un recinto con capacidad para 20,000 personas, interpretando el álbum completo junto a sus mayores éxitos. La reacción en redes sociales no se hizo esperar: "¿Cuánto te tomó regresar a casa?"; "Me muero de envidia de la chica que estaba a su lado y no lo reconoció"; "Increíble show ¡me transportó a 2004!"; fueron algunos de los comentarios.
Más allá de la música, Blunt equilibra su carrera con la administración de su pub en Chelsea, al cual rescató del cierre en 2017. "He tomado muchas pintas, primero como soldado, luego como músico", ha comentado en alguna ocasión, revelando su faceta como empresario y su gusto por el ambiente londinense. Su historia personal también incluye un matrimonio con Sofia Wellesley desde 2014, con quien tiene dos hijos cuyos nombres permanecen privados.
El artista, que ha lanzado siete álbumes de estudio y escrito una autobiografía titulada Loosely Based On A Made-Up Story: A Non-Memoir, incluso llegó a bromear con cambiar legalmente su nombre a "Blunty McBluntface" si su álbum Back to Bedlam alcanzaba el número uno en las listas. Aunque el disco llegó al número 7, la anécdota ilustra su personalidad humilde y cercana, un detalle que contrasta con la fama y el éxito. Su vida en Ibiza, donde pasa temporadas en su villa de seis habitaciones, representa un complemento a su vida en Londres, donde gestiona su pub y ofrece conciertos multitudinarios.
La historia de James Blunt demuestra que incluso las estrellas más brillantes pueden disfrutar de los pequeños momentos cotidianos, sin perder el contacto con la realidad y sus raíces.