Nicole Kidman: Más allá de Hollywood, una leyenda en evolución
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Hablamos de Nicole Kidman, quien a sus 57 años, continúa desafiando las convenciones de Hollywood. Su nombre está ligado a películas icónicas como Ojos bien cerrados (1999) y la aclamada serie Big Little Lies (2017), donde su capacidad para transmitir emociones crudas y auténticas la diferencia del resto.
Más allá de la pantalla, Kidman se ha erigido como una voz poderosa a favor de la igualdad de género en el cine. Su compromiso va más allá de simples declaraciones; desde el auge del movimiento #MeToo, se ha propuesto trabajar con al menos una directora cada 18 meses. Un compromiso que ha dado frutos, pues en los últimos ocho años ha colaborado con 19 directoras en cine y televisión.
Su reciente película, Babygirl (2024), dirigida por Halina Reijn, es un ejemplo perfecto de este compromiso. En ella, Kidman interpreta a una poderosa ejecutiva que se involucra en una relación de dominación con un joven becario, una exploración audaz del deseo femenino en la mediana edad. “Las emociones que ofrezco son muy, muy reales, así que necesito saber que, si te las estoy dando, tú las valoras”, afirma la actriz.
Kidman ha construido una carrera repleta de decisiones audaces, alejándose de la etiqueta de “la esposa de Tom Cruise” para colaborar con los más grandes del cine de autor: Lars von Trier, Yorgos Lanthimos, Gus Van Sant, Robert Eggers y el legendario Stanley Kubrick. Fue precisamente su experiencia con Kubrick en Ojos bien cerrados la que, según Kidman, inspiró en parte la concepción de Babygirl.
A pesar de su éxito, Kidman rechaza la imagen de “supermujer”. “La gente dice: ‘Eres una supermujer’. Lo odio”, confiesa. Reconoce el cansancio, la presión y los momentos en los que ha considerado retirarse. Pero su compromiso con su trabajo y la responsabilidad hacia quienes dependen de él, la impulsan a seguir adelante. “Cuando Nicole trabaja, la gente trabaja”, afirma su colega Jamie Lee Curtis.
Su legado trasciende las pantallas. Kidman ha redefinido el protagonismo femenino, creando personajes complejos y desafiantes, donde las mujeres no son simples complementos del héroe masculino. Su compromiso con la equidad de género en la industria cinematográfica, su valentía para asumir riesgos creativos y su capacidad de transformar la narrativa del cine la posicionan como una figura clave en la evolución de Hollywood. Y todo esto lo ha conseguido con una filosofía personal que la define: “Tengo la filosofía de nunca luchar contra nada”, dice entre risas. “Simplemente me rindo”.