Ringo Starr: De la tuberculosis a leyenda Beatle
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Hablamos de Ringo Starr, el legendario baterista de los Beatles. Recientemente, durante la inauguración de su exposición “Beats & Threads” en Nashville, el músico de 84 años compartió un detalle íntimo de su vida, una anécdota que revela el origen inesperado de su pasión por la percusión.
En 1953, a la temprana edad de 13 años, un joven Richard Starkey, el nombre real de Ringo, fue diagnosticado con tuberculosis. “En esos días, te mantenían en cama durante meses y enviaban maestros. Enviaron a esta señora, y ella tenía viejos triángulos de pandereta de percusión y pequeños tambores”, recordó el artista en una entrevista con la revista People. Su estadía de dos años en el sanatorio no solo implicó un riguroso tratamiento médico, sino también un encuentro fortuito con el ritmo.
Fue durante las clases de música impartidas en el hospital donde todo cambió. “Mientras ella los repartía al azar, yo estaba en la cama... ella me dio este pequeño tambor y fue como una locura. Toqué el tambor y desde ese momento solo quise ser baterista, y ese era mi objetivo”, explicó Ringo. Este momento, aparentemente trivial, marcó un antes y un después en su vida, sentando las bases para una carrera musical que lo llevaría a la inmortalidad.
Después de su recuperación, Ringo tuvo que trabajar en fábricas, pero la semilla de la pasión por la batería ya estaba sembrada. Su dedicación a la música, nacida en un lecho de hospital, se convirtió en el motor de su vida. Siete décadas después, su energía creativa sigue intacta, evidenciada por el reciente lanzamiento de su álbum de country, Look Up, en enero de 2025, con colaboraciones de artistas como Billy Strings y Molly Tuttle.
La historia de Ringo Starr no solo es una fascinante muestra de resiliencia, sino también un recordatorio de cómo los momentos más inesperados pueden dar forma a nuestros destinos. La casualidad de recibir un pequeño tambor en un sanatorio inglés se convirtió en el latido que impulsaría una de las carreras musicales más influyentes del siglo XX.
Además de su historia con la batería, Ringo también reveló en una entrevista en SiriusXM la razón detrás de su nombre artístico. Su verdadero nombre, Richard Starkey, se transformó en Ringo Starr, un cambio que, aunque inicialmente le hizo sentir fuera de lugar junto a John, Paul y George, se convirtió en una marca distintiva, un nombre que resuena a través de generaciones. Un nombre, al igual que su pasión por la percusión, nacido de una casualidad en un lejano sanatorio.