Arquitectura brutalista: El hormigón visto resurgido gracias a los premios Oscar
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La película The Brutalist, con Adrien Brody en el papel principal, compite en los Oscar con diez nominaciones, incluyendo Mejor Película. La cinta narra la historia de un arquitecto judío húngaro, quien emigra a Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial, para construir un imponente centro cultural de hormigón para un acaudalado magnate interpretado por Guy Pearce. Este proyecto, con un presupuesto inferior a los US$13 millones y una duración de 215 minutos con intermedio, ha puesto en el centro de atención un estilo arquitectónico: el brutalismo.
Pero, ¿qué es realmente el brutalismo? Contrario a lo que su nombre sugiere, no se refiere a la crudeza o violencia, sino a la utilización del "béton brut" francés, o sea, el hormigón en bruto. Según Fernando Martínez Nespral, director del Instituto de Arte Americano e Investigaciones Estéticas de la Universidad de Buenos Aires, "el término proviene de la expresión francesa 'béton brut', que significa 'hormigón crudo o en bruto', como hormigón al natural."
El brutalismo surgió como una reacción al modernismo de entreguerras, caracterizado por su frialdad y minimalismo. Se presentó como una alternativa expresiva, aprovechando las posibilidades estéticas del hormigón armado, un material económico y versátil, especialmente relevante en la Europa devastada por la guerra.
Su expansión fue global, con ejemplos significativos en la Unión Soviética, India, Estados Unidos y América Latina. En esta última región, su desarrollo estuvo ligado a factores como: