Olga Breeskin: 7 años de esclavitud en el mundo del espectáculo mexicano

Hablamos de Olga Breeskin, una figura reconocida en el mundo de la música y el cabaret en México. Su nombre, sinónimo de talento y carisma, se ha visto envuelto recientemente en una revelación que ha conmocionado a muchos. Durante una entrevista, Breeskin, madrina del famoso cantante Cristian Castro, narró una etapa oscura de su vida, un periodo de siete años que la marcó profundamente.
En una conversación con Gustavo Adolfo Infante, la artista compartió detalles escalofriantes sobre su relación con un productor, cuya identidad aún no ha sido revelada públicamente. “Yo, sin saber, me enredé con este productor, sin saber que me había comprado durante 7 años, me tuvo de esclava, laboral, personal… es muy difícil lo que te estoy diciendo, pero te prometí ser sincera,” confesó Breeskin, su voz cargada de emoción contenida.
Según su relato, este productor la "compró" y la "revendía" a hombres acaudalados. “Me revendía con hispanos acaudalados (les decía): ‘Ahí les va Olgita para que me la manden con el cheque que acordamos’”, reveló la actriz, describiendo una situación de extrema vulnerabilidad y explotación.
La situación la llevó a un punto límite. El peso de la esclavitud y la desesperanza la empujaron a contemplar el suicidio. “A mí me decía: ‘No regreses sin el cheque’. Lo digo con mucha pena, porque de ahí vino el deseo de (atentar contra ella misma),” explicó con voz quebrada.
Breeskin también abordó la dificultad de denunciar lo sucedido. “No tenía opción porque era un (criminal que le quita la vida a otras personas), mucha gente me dice: ‘Ay, Olguita ¿y por qué se dejaba, por qué no denunció?’. Es fácil decir, pero que se pongan en el pellejo de una mujer comprada a los 40 años de edad, que se supone que ya se las sabe de todas y no sabe nada,” comentó, destacando la complejidad de escapar de una situación de este tipo.
Su testimonio finaliza con una reflexión crucial: “Cuando estás en plan de esclava no tienes voluntad propia, no la tenía, pero tenía que pasar así para advertir a las nuevas generaciones que piensan que el cuerpo es un instrumento de dinero, no lo es.” Un mensaje contundente que deja abierta la reflexión sobre la explotación en el mundo del espectáculo y la importancia de la autoprotección.