Taylor Swift ignora súplicas de Blake Lively en medio de disputa legal

El nombre de Taylor Swift, ícono indiscutible de la música pop, se ha visto envuelto en una controversia que involucra a la actriz Blake Lively y al director Justin Baldoni. Todo comenzó con una demanda por acoso sexual interpuesta por Lively contra Baldoni en diciembre de 2024, a raíz del rodaje de la película "It Ends With Us".
Una de las aristas más sorprendentes de este conflicto legal fue la citación a declarar de Swift por parte del equipo legal de Baldoni. Según reportes de The Daily Mail, esta citación, posteriormente retirada el 22 de mayo, generó una profunda crisis en la amistad de diez años entre Swift y Lively.
Fuentes cercanas a ambas partes aseguran que Lively habría intentado, sin éxito, contactar a Swift mediante "mensajes de texto, correos electrónicos e incluso llamadas de voz, suplicando reparar su amistad". Se dice que estos intentos fueron ignorados por Swift, quien se sentiría "traicionada y explotada" por Lively. La razón de esta ruptura radicaría en las implicaciones de Swift en una contrademanda de Baldoni por $400 millones, en la cual se mencionaban conversaciones entre Lively y Swift donde Lively se refería a la cantante y a Ryan Reynolds como sus "dragones", alegando que Swift había estado presente en una reunión crucial entre Lively y Baldoni.
El abogado de Baldoni, Bryan Freedman, llegó a afirmar que el abogado de Lively, Michael Gottlieb, amenazó con publicar mensajes de texto de Swift si la cantante no apoyaba públicamente a Lively. Estas acusaciones fueron negadas por Gottlieb, y el juez desestimó las declaraciones de Freedman por considerarlas "impropias e irrelevantes".
Mientras tanto, la relación entre Lively y Baldoni continúa su curso judicial, con un juicio programado para marzo de 2026, y con un nuevo giro en la trama: la defensa de Baldoni busca acceder a los registros médicos de Lively relacionados con las alegaciones de daño emocional. La decisión final sobre la entrega de esta información queda en manos del juez Lew J. Liman.