Crimen de influencer coreana revela peligros en redes sociales

Yoon Ji-ah, una joven de 22 años con más de 300 mil seguidores, fue reportada como desaparecida después de que interrumpiera abruptamente su última transmisión en vivo. Tres días después, el peor escenario se confirmó: su cuerpo fue encontrado en una zona boscosa del condado de Muju, dentro de una maleta abandonada.
"Nunca imaginamos que detrás de este caso habría una historia tan turbia", declaró un oficial de la policía de Jeolla del Norte a medios locales. Las marcas en el cuello de la víctima dejaban claro que había sido estrangulada.
La investigación avanzó rápidamente gracias a:
Según su declaración, todo comenzó con una supuesta oportunidad de negocios. Choi se había acercado a Yoon presentándose como ejecutivo de una compañía tecnológica, ofreciéndole contratos lucrativos para expandir su marca personal. La influencer, entusiasmada por crecer profesionalmente, accedió a reunirse en privado.
Lo que Yoon no sabía era que Choi enfrentaba una crisis financiera terminal. Con deudas acumuladas y a punto de perder su vivienda, vio en la joven una posible salvación. "Cuando ella cuestionó la legitimidad de mi empresa, algo en mí explotó", admitió el acusado durante el interrogatorio.
Las autoridades confirmaron que revisarán los antecedentes de Choi, quien podría haber estafado a otras víctimas con el mismo modus operandi. Mientras tanto, la comunidad de seguidores de Yoon ha organizado vigilias virtuales, recordándola como una creadora de contenido que siempre buscó inspirar a otros jóvenes.
Este caso ha reabierto el debate sobre la seguridad de los influencers, particularmente de aquellas figuras emergentes que buscan oportunidades en un mercado cada vez más competitivo. Expertos en derecho digital advierten sobre la importancia de verificar minuciosamente cualquier propuesta comercial antes de comprometerse.