Príncipe William revela cómo equilibra la realeza y la paternidad

Durante su participación en The Reluctant Traveler, el programa de Eugene Levy, el duque de Cambridge confesó que su rutina gira en torno al calendario escolar de George, Charlotte y Louis. "Intento ajustarme al horario escolar lo mejor posible. La mayoría de los días entramos y salimos del colegio para recoger y dejar a los niños", admitió, dejando claro que su jornada dista mucho de ser convencional.

Lo que más llama la atención es cómo el príncipe ha adoptado principios de la crianza que recibió de la princesa Diana:

• Prioriza la presencia física: Aunque su agenda está repleta, bloquea horarios clave para estar con ellos.
• Busca normalidad dentro de lo excepcional: Insiste en que tengan rutinas escolares comunes, lejos del protocolo palaciego.
• Herencia emocional: Replicar la calidez que Diana le brindó, pese a las limitaciones de su posición.

Fuentes cercanas a Kensington Palace revelan que William ha implementado "jornadas flexibles" para asistir a eventos escolares y cenas familiares, algo inédito en generaciones anteriores de la realeza. Este enfoque ha generado debates entre los tradicionalistas, pero también empatía en una generación de padres que lucha por conciliar trabajo y familia.

Detrás de estas decisiones hay una sombra alargada: el trauma del divorcio de Carlos y Diana. "Es algo que juré que nunca le sucedería a mi familia", confesó en otra ocasión el príncipe, dejando entrever cómo los fantasmas del pasado moldean su presente como padre.

Mientras el palacio evita comentarios oficiales sobre métodos de crianza, los gestos de William hablan por sí solos: desde llevar a sus hijos en bicicleta por los jardines de Anmer Hall hasta aparecer sin corbata en actos informales. Pequeñas rebeliones calculadas que dibujan un nuevo modelo de paternidad real.

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