Sufre agravio familia latina residente de Phoenix

PHOENIX, AZ.
Línea los desaloja de un vuelo debido a un ataque de tos en un hijo.
Hay veces que la vergüenza vuela muy alto y en su desconsideración golpea los sueños y los últimos deseos de los más débiles.
Eso es lo que padecieron hace unos días un niño de 7 años y su padre, enfermo terminal, durante un viaje que hacían juntos para cumplir esas cosas que cada persona “quiere hacer antes de morir”. Y en el caso de esa familia, el cáncer del papá hace que sean mucho más urgentes e importantes.
Pero, como relató la televisora KING5, la familia vivió una mala experiencia cuando se disponían a volar del estado de Washington a Phoenix, Arizona, donde viven.
Giovanni Alvarado, su papá George –que padece un cáncer de garganta en estado terminal – y su mamá Christina habían visitado a familiares en Bellingham, una ciudad al norte de Seattle, muy cerca ya de la frontera canadiense y de Vancouver. Se trataba de uno de esos viajes que George ansiaba hacer con su hijo y esposa antes de morir, pues por su enfermedad sus perspectivas de sobrevivencia son muy inciertas.
Así, cuando la familia se encontraba a bordo de un avión de la aerolínea Allegiant para volver a Phoenix, poco antes de despegar a Giovanni se le desató una fuerte e inesperada reacción alérgica, al parecer causada por la presencia a bordo de un perro. El niño comenzó a sufrir severa comezón y erupciones en la piel y eso causó que el despegue del vuelo, el 171 de Allegiant, se demorara.
Algunos pasajeros, ignorantes de las circunstancias por las que pasaba la familia Alvarado, al parecer comenzaron a impacientarse por la demora y cuando, finalmente, la tripulación del avión comentó que era necesario que Giovanni y sus papás bajaran del avión, la familia lo entendió y procedió a recoger sus pertenencias.
Fue entonces cuando pasajeros en la parte trasera de la aeronave, según KING5, comenzaron a aplaudir, presumiblemente para celebrar que los ‘causantes del retraso’ finalmente se iban de allí para ‘dejar de importunar’ a los desesperados viajeros. Fue una acción de gran insensibilidad que produjo una fuerte tristeza en Giovanni y su familia y que, dado el contexto de la alergia del niño, del cáncer del padre y de todo el sentido del viaje de ellos, se percibe majadera, y del todo innecesaria.
Los aplausos le dolieron a Giovanni, pero con inusual fortaleza para un niño de 7 años él dijo a la televisora mencionada que “gente que no sufre de tristeza, no puede entender lo que se siente tenerla” y añadió que estaba triste porque “esto tenga que ser un recuerdo de su padre” en uno de sus últimos viajes juntos.