Pero esta vez, el escenario tiene un sabor especial: el duelo contra Estados Unidos no será solo por la Copa Oro, sino por la reafirmación de una hegemonía regional que se disputa gol a gol.
Tras un partido que dejó más dudas que certezas contra Honduras —resuelto con un tanto de "el buitre" Raúl Jiménez—, el Tri aterrizó en Texas con esa mezcla de orgullo y urgencia que caracteriza sus encuentros decisivos. Mientras, los estadounidenses sobrevivieron a Guatemala en un partido donde el marcador no reflejó la superioridad del rival, terminando acorralados en su área.
- El dato clave: El NGR Stadium, usualmente hogar de los Texans de la NFL, se transformará este domingo en un caldero donde se medirán no solo jugadores, sino narrativas futbolísticas. Las butacas esperan a 72,000 espectadores, muchos de ellos con la verde adornando sus camisetas.
- La vibra en Houston: A diferencia de etapas anteriores del torneo, los aficionados mexicanos ya se apostaron frente al hotel del equipo. Santi Giménez y Edson Álvarez fueron de los más buscados para fotos, mientras Rafa Márquez, ahora con rol técnico, recordó sus días como capitán al saludar a la barrra.
Lo que viene no es un simple partido. Es el tipo de encuentro que define carreras y esculpe leyendas en esta rivalidad.
"Aquí no hay medias tintas: o eres héroe o quedas en el olvido", comentaba un asistente técnico durante el vuelo a Texas. La alineación inicial aún guarda sorpresas, pero nombres como Jiménez —con su olfato goleador reavivado— y Álvarez —muro en el mediocampo— parecen intocables.
La transmisión caerá en manos de TUDN y Canal 5 a las 16:00 horas (tiempo de Sonora), pero el verdadero espectáculo estará en las gradas. Entre cánticos de
"¡México! ¡México!" y banderas ondeando, Houston se pintará de verde... al menos hasta que el árbitro silbe el inicio.
Facebook
Whatsapp
Linkedin
Pinterest