Mujeres y ‘tercer género’, líderes en zona devastada

Oaxaca, Oax
La destrucción causada en México por el mayor sismo en más de ocho décadas ha llamado la atención sobre la tradición matriarcal indígena en la ciudad más afectada por el terremoto, donde las mujeres y un “tercer género” han liderado la movilización tras el desastre.
Juchitán, en la región del Istmo y a unos 600 kilómetros al sureste de la Ciudad de México, se llevó la peor parte del sismo magnitud 8.2 que destruyó miles de viviendas en la ciudad en cuestión de segundos y se cobró al menos 98 vidas en todo el país.
En un evidente contraste con la sociedad mexicana dominada por los hombres, viajeros han notado desde al menos el siglo XIX la relativa igualdad entre las mujeres y hombres en Juchitán, así como la relevancia de los “muxes”, zapotecas nacidos hombres, pero en los que se mezcla una identidad homosexual y de mujer y que son reconocidos localmente como un tercer género.
Después de que la tierra se sacudió violentamente poco antes de la medianoche el jueves, mujeres, muxes y hombres entraron en acción en muchos casos removiendo los escombros con sus propias manos.
“Saliendo de casa cargué a mi mamá. La saqué; luego, yo con mi hermano fuimos a sacar a mi tía, mi tía se quedó encerrada”, dijo Peregrina Vera, un muxe de 26 años que llevaba su largo cabello atado en un rodete.
Después ayudó a quitar escombros para liberar a su abuela, que gritaba pidiendo ayuda, dijo Vera, sentada en un patio junto a las paredes colapsadas de su casa.
Los habitantes locales dicen que hay un muxe en cada familia juchiteca. Son muy aceptados pese a la herencia católica y son conocidos por su dedicación a la familia, especialmente por cuidar de sus madres cuando los hermanos se han ido de casa.