Washington, EU.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó que las prácticas de tortura de la CIA a sospechosos de terrorismo durante la década pasada no ayudaron a los “esfuerzos contra el terrorismo” ni a los intereses de seguridad nacional del país.
Luego de que el Senado estadunidense difundió un informe en el que acusa a la agencia de espionaje de sobrepasar en sus interrogatorios los límites establecidos en la ley, Obama dijo que el documento “refuerza mi opinión de que estos duros métodos no solo fueron inconsistentes con nuestros valores como nación, sino que no fueron de servicio a nuestros esfuerzos generales contra el terrorismo ni nuestros intereses de seguridad nacional”.
“Además, estas técnicas hicieron un daño significativo a la imagen de Estados Unidos en el mundo e hicieron que fuera más difícil perseguir nuestros intereses con nuestros aliados y socios. Por eso, seguiré usando mi autoridad como presidente para garantizar que no volvemos a recurrir nunca a estos métodos”, subrayó Obama.
Obama encomió el trabajo de la mayoría del personal de la CIA y otras agencias de inteligencia en los esfuerzos antiterroristas y refrendó a la vez su compromiso para continuar “nuestra lucha sin descanso contra Al Qaeda, sus aliados y otros violentos extremistas”.
El mandatario dijo que si bien Estados Unidos cuenta con los recursos necesarios para esta tarea, un arma poderosa “es el ejemplo de nuestras ideas fundacionales y es por eso que de manera consistente he apoyado la desclasificación del reporte”.
“Ninguna nación es perfecta pero una de las fortaleza que hace a Estados Unidos excepcional es nuestra voluntad para hacer frente abiertamente a nuestro pasado, confrontar nuestras imperfecciones y hacer cambios para mejorar”, dijo.
Josh Earnest, portavoz de la Casa Blanca, dijo el lunes que se han tomado “medidas prudentes” para reforzar la seguridad en las instalaciones de Estados Unidos y en las misiones diplomáticas en el extranjero para prevenir posibles recciones de cólera por la divulgación del contenido.
Pero la publicación de este resumen fue demorada ante los desacuerdos surgidos entre la Casa Blanca y los congresistas sobre los datos que eran necesarios omitir en el texto final, como por ejemplo los nombres secretos de los agentes de la CIA o los países y autoridades que han cooperado con Estados Unidos en la llamada “guerra contra el terrorismo”.
Dirigentes del opositor Partido Republicano han cuestionado la conveniencia de la divulgación y el costo excesivo del informe (40 millones de dólares) para los contribuyentes estadounidenses. Uno de ellos, el presidente de la comisión de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Mike Rogers, dijo el domingo que la divulgación era “una pésima idea” y que “nuestros aliados nos dicen que provocará violencia y muertes”.