California.
El gobierno estatal y alcaldes rechazan ayudar a las autoridades migratorias.
Los planes de Donald Trump de deportar a millones de indocumentados comenzaron a estrellarse contra un muro de rechazo de funcionarios y policías en California, donde viven por lo menos dos millones 670 mil migrantes, la mayoría de ellos mexicanos.
Otros cálculos oficiales y extraoficiales mencionan que en California podrían vivir hasta tres millones de indocumentados, y poco más de la mitad de ellos son mexicanos.
De acuerdo con el Instituto de Política Pública de California, en el estado viven un millón 388 mil 400 indocumentados mexicanos.
La población de indocumentados en California que Trump priorizaría para deportación asciende a unas 300 mil personas, según cálculos extraoficiales: desde quienes deben multas de tránsito hasta quienes cometieron delitos graves.
Pero una ley estatal de California que entró en vigor en 2014, el Acta de la Confianza, prohíbe a las autoridades policiacas colaborar con las de migración.
La responsabilidad de aplicar las leyes de migración corresponde a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza”, declaró la jefa de policía de San Diego, Shelley Zimmerman, al hacer eco a colegas suyos y alcaldes en California.
Desde que Trump ganó la elección, los alcaldes de San Francisco, Sacramento y Los Ángeles, entre otras de las principales ciudades, han declarado que no van a colaborar en sus planes de deportar a indocumentados.
En el caso de San Diego, donde el alcalde Kevin Faulconer es republicano, el funcionario se ha limitado a declarar que “en nuestra frontera y relación con la hermana ciudad de Tijuana ni hay cupo para la retórica”. Pero tanto la jefa de policía como el alguacil se oponen a participar en redadas y búsquedas de indocumentados.
En Los Ángeles, donde vive por lo menos un millón de indocumentados, el jefe policiaco Charlie Beck precisó que esa ciudad es desde 1979 “santuario” –donde las autoridades locales no colaboran con las federales de migración—.
En San Francisco, el alcalde Ed Lee también reiteró que su ciudad es santuario, aun cuando Trump advirtió el domingo, en entrevista que retirará fondos a ciudades “santuario”. El alcalde mencionó un balance con los impuestos que pagan los indocumentados.