Washington
Legisladores latinos y organizaciones civiles advirtieron esta semana que la administración del presidente estadunidense, Joe Biden, se prepara para imponer medidas fronterizas idénticas a las que implementó Donald Trump, que obligaron a la mayoría de los migrantes a permanecer del lado de la frontera mexicana.
Algunos funcionarios revelaron a organizaciones que, entre otras medidas, las autoridades fronterizas cerrarán el paso de migrantes a través de la frontera si el flujo excede a cinco mil personas por día; actualmente más de diez mil personas cruzan diario la frontera en busca de asilo.
Otras medidas previstas son aumentar deportaciones, especialmente a quienes han estado en el país menos de dos años sin iniciar procesos de asilo, así como aumentar los filtros a quienes solicitan asilo.
“Nunca hubiera imaginado que cuando tenemos un Senado y una Casa Blanca demócratas nos sentamos a la mesa a discutir algunas de las políticas de inmigración más devastadoras que hayan existido”, dijo Maribel Hernández Rivera, representante ante Washington de la Unión Americana de Libertades Civiles.
Una coalición nacional de organizaciones llamada Bienvenidos con Dignidad advirtió que las medidas crearán una situación caótica en la frontera.
Informó que la administración ya ha aceptado implementar ese tipo de medidas como parte de un paquete de ayuda financiera a Israel en su campaña en Gaza, a Ucrania que enfrenta la invasión rusa, y a Taiwán ante potenciales enfrentamientos.
La administración trata de aceptar esos cambios en migración como requisito que impone el Congreso, de mayoría republicana, para apoyar el paquete de ayuda a esos tres países.
Como el Congreso está por salir de vacaciones de fin de año y regresará hasta la primera semana de enero, la administración trata de aprobar el acuerdo lo antes posible.
“Un grupo bipartidista de senadores está negociando un acuerdo para aprobar fondos para Ucrania, Israel y Taiwán a cambio de cambios extremos y permanentes a las leyes de inmigración y asilo de Estados Unidos”, informó Bienvenidos con Dignidad.
Dijo que la Casa Blanca “ha manifestado su apoyo a eliminar protecciones a los refugiados, lo que acabaría con las garantías que salvan vidas de las personas que buscan seguridad, y aumentaría el caos en la frontera entre Estados Unidos y México, además de expandir las deportaciones aceleradas de inmigrantes en Estados Unidos”.
El senador latino de California, Alex Padilla, y la presidenta de la bancada latina en el congreso, también de California, Nanette Barragán, cuestionaron conjuntamente que la Casa Blanca acepte las imposiciones del Congreso de mayoría republicana.
Ceder a esas exigencias con cambios permanentes y perjudiciales en migración equivale a pagar un alto precio por un paquete de gasto único para un tema que no está relacionado (con la frontera y la migración), lo que sentaría un precedente peligroso”, para posteriores ocasiones en que el Congreso quiera imponer sus reglas, cuestionaron.
“Aterrorizar a las comunidades en todo Estados Unidos ampliando la deportación acelerada e ignorando nuestras obligaciones internacionales de brindar asilo a quienes huyen de la persecución, la violencia y el autoritarismo no es un comienzo”, advirtieron los legisladores.
De acuerdo con Padilla y Barragán, “cortar los caminos legales y deportar a los residentes, a largo plazo no reducirán la migración no autorizada, sólo exacerbarán nuestra situación actual, con mayores desafíos”.