La noche en South Ozone Park, Queens, Nueva York, se tiñó de tragedia con un incendio que dejó a todos con el corazón encogido. En una casa en la calle 133, la vida de Roger Assmann y su fiel compañero, Dylan, se vio abruptamente interrumpida.
Los bomberos llegaron en medio de la oscuridad, pero ya era demasiado tarde para salvar a Roger. Su pareja, Adrian, corrió de regreso al hogar al enterarse de la noticia, con el alma desgarrada por la pérdida de un ser amado.
"Él era una de esas personas excepcionales que siempre estaban ahí cuando lo necesitabas", recordó Adrian con la voz entrecortada por la tristeza. Juntos, compartieron casi un cuarto de siglo de amor, y en 2018 sellaron su unión en matrimonio.
Dylan, el leal compañero de cuatro patas, también sufrió las consecuencias del fuego. Los esfuerzos por salvarlo fueron en vano, y la decisión de sacrificarlo pesó como una losa en el corazón de todos los presentes. A sus 12 años, dejó un vacío imposible de llenar.
Los recuerdos de Assmann resuenan en cada rincón del vecindario. "Siempre estaba ahí para saludar. Su ausencia se sentirá profundamente", compartió Mack Mahabir, un vecino que lo conoció durante años.
South Ozone Park se viste de luto mientras las autoridades buscan respuestas en medio de las cenizas. La comunidad llora la partida de un ser querido y su fiel compañero, en un suceso que ha marcado a todos en lo más profundo del alma.