El fallecimiento de Tresean Gilchrist, de 24 años, tras ser víctima de una bala perdida en Harlem, ha conmocionado a la ciudad de Nueva York. Gilchrist, quien se encontraba en un grupo de personas que huían de una balacera en la madrugada del 13 de julio, recibió un disparo que le provocó una lesión cerebral traumática y la amputación de una pierna.
Su padre, Jerome Gilchrist, describió la decisión de desconectar a su hijo del soporte vital como "la peor decisión que he tenido que tomar en mi vida". La familia se encontraba desconsolada, especialmente porque Tresean no era el blanco de la balacera, sino una víctima colateral de la creciente violencia armada en la ciudad.
Me molestaba todos los días verlo así y con la pierna cortada. Cuando hablaban de su lesión en la cabeza, decían que nunca sería capaz de recordar nada, que tal vez no sabría quién era. No quería seguir viéndolo así, comentó Jerome Gilchrist, padre de Tresean, al Daily News
La madre de Tresean, Imee Wilkins, narró la angustia que vivió al presenciar el momento en que su hijo fue herido. Según ella, Tresean no se dio cuenta de que había sido alcanzado por una bala hasta que se desplomó. Un amigo le dijo que sus últimas palabras fueron: "Me dispararon".
La familia cuestionó la versión inicial de la policía, que señalaba que Tresean había sido baleado durante una discusión con el agresor. Tras hablar con otros testigos, la familia aseguró que Tresean fue víctima de una bala perdida. Las autoridades recuperaron tres casquillos de bala en la escena del crimen y están investigando el incidente, pero aún no se ha identificado al sospechoso.
La familia Gilchrist también denunció que Tresean fue esposado a su cama en el hospital a pesar de su grave estado de salud, ya que tenía una orden pendiente de arresto por un incidente en el metro.