Lo que comenzó como un leve deslizamiento de tierra, tras las lluvias intensas de la primavera de 2023, se ha transformado en un desastre que amenaza la seguridad de sus habitantes.
El movimiento de tierra, que se extiende por 680 acres, ha dejado a cientos de residentes en vilo. Los daños en viviendas, carreteras y servicios públicos son cada vez más graves. Las autoridades, conscientes de la gravedad de la situación, han emitido órdenes de evacuación para más de 140 hogares y han activado los protocolos de emergencia.
"Es un desastre de proporciones épicas", comenta Janice Hahn, supervisora del Condado de Los Ángeles. "No hay un manual para esto. La ciudad está luchando contra una fuerza implacable, y necesitamos el apoyo del estado para superar esta crisis".
Southern California Edison (SCE), la compañía eléctrica responsable del suministro en la zona, ha tenido que cortar el servicio a más de 240 hogares por la amenaza de los deslizamientos de tierra. "Las casas se están moviendo, los cables eléctricos están en riesgo", explica Reggie Kumar, portavoz de SCE. "Estamos priorizando la seguridad de todos".
Las imágenes de las casas inclinadas, los caminos fracturados y los cables eléctricos colgando en el aire son una prueba del poder destructivo de la naturaleza. Los residentes de 'Rancho Palos Verdes' se enfrentan a un futuro incierto, con la incertidumbre de si podrán regresar a sus hogares.
La situación en 'Rancho Palos Verdes' es un recordatorio de la fragilidad de nuestro planeta y la importancia de estar preparados para las emergencias naturales. La comunidad se ha unido para afrontar esta crisis, pero la ayuda del estado y la cooperación de todas las partes son esenciales para que 'Rancho Palos Verdes' pueda resurgir de las cenizas.