Alrededor de las 3:25 a.m., las autoridades comenzaron a recibir llamadas sobre disparos al azar en la zona, y la noche se tornó en un escenario de terror para los habitantes.
La oscuridad y la densa vegetación dificultaban la localización del origen de los disparos, lo que llevó a las autoridades a emitir una orden de refugio en el lugar para los residentes. La situación era tensa, la incertidumbre se apoderaba de la comunidad y la visibilidad era mínima.
Para hacer frente a esta situación, se desplegó un equipo SWAT y drones del Departamento de Bomberos de Seaside y el Departamento de Policía de Gonzales. Un dron, con su visión térmica, logró localizar a Vicente Joseph Arroyo, de 39 años, en el bloque 16000 de Avery Lane, al norte de Prunedale.
Arroyo, quien presuntamente había estado disparando al azar durante un período de tres horas, fue encontrado cerca de un vehículo accidentado. Al acercarse con un vehículo blindado, el equipo SWAT logró detenerlo.
En el lugar, las autoridades encontraron un arsenal de armas: múltiples rifles, escopetas, pistolas y un arma de asalto ilegal, junto con numerosos cargadores. La tragedia, sin embargo, no se limitó a la presencia de armas. La escena reflejaba un panorama desgarrador: alrededor de 80 animales, entre ellos caballos miniatura, conejos y aves, habían sido víctimas de los disparos de Arroyo.
La crueldad de sus actos se extendió a los animales que sobrevivieron. Debido a la gravedad de sus heridas, tuvieron que ser sacrificados. Arroyo fue arrestado bajo sospecha de disparar con negligencia grave, crueldad hacia los animales, posesión de un arma de asalto, vandalismo, amenazas criminales y ser un delincuente en posesión de un arma de fuego. Su fianza se fijó en $50,000.