La cifra, confirmada por las autoridades, se eleva a medida que los equipos de rescate trabajan incansablemente en las zonas devastadas.
Carolina del Sur se ha convertido en el estado más afectado, con 24 víctimas, incluyendo dos bomberos. Georgia reporta 17 fallecimientos, Florida 11, Carolina del Norte 10 y Virginia uno. El panorama desolador se extiende a través del sur y el este del país, dejando a millones de estadounidenses sin electricidad y con casas, carreteras y negocios destruidos por las inundaciones.
En Cedar Key, una pequeña isla en la costa oeste de Florida, la fuerza del huracán arrancó techos y dejó las paredes de las casas abiertas como heridas sangrantes. Helene tocó tierra el jueves por la tarde cerca de Tallahassee, la capital de Florida, con la categoría 4 de una escala de 5, con vientos que superaban los 225 km por hora. La tormenta continuó su viaje destructivo incluso después de debilitarse a un ciclón postropical.
Los remanentes del huracán han dejado un rastro de inundaciones, deslaves y crecidas, incluso en lugares distantes como Asheville, en Carolina del Norte. La falta de energía eléctrica se extiende por varios estados, afectando a más de un millón de clientes en Carolina del Sur, 730,000 en Georgia y cientos de miles en otros estados, según el sitio web de seguimiento PowerOutage.com
La situación en las zonas afectadas continúa siendo crítica, y las tareas de reconstrucción y recuperación se presentan como un desafío monumental.